Panamá: hilos ocultos en la exoneración de Martinelli
Cuestionan impunidad, injusticia, fiscales faltos de profesionalismo y jueces que basan su fallo en temas técnicos, sin analizar los delitos
Panamá. El expresidente panameño Ricardo Martinelli y sus seguidores, celebran lo que consideran victoria definitiva tras la declaración de inocente en el juicio, por cuyos delitos fue extraditado desde Estados Unidos y cumplió prisión preventiva.
El pasado 9 de agosto, la mansión del multimillonario en la exclusiva barriada capitalina Altos del Golf estalló de júbilo en una gran fiesta, donde música, licor y fuegos artificiales exteriorizaron el desbordante júbilo de quienes celebraron el final feliz.
Sobre el fallo, la división en la opinión pública panameña se mueve entre impunidad y justicia, mientras que otros prefieren criticar a fiscales por falta de profesionalidad y a jueces por basar su fallo en temas técnicos, sin analizar los delitos.
‘Debido proceso’ es la sacrosanta frase que enarbolan quienes defienden a Martinelli y aseveran que ‘al fin la justicia actuó bien’. Bajo la sombrilla e interpretación de ese concepto de indiscutible contenido jurídico positivo, los expertos en derecho critican o apoyan la actuación del tribunal del juicio oral.
Al exmandatario de 67 años lo acusaron de los delitos de inviolabilidad del secreto, seguimiento sin autorización judicial y prejuicio a la administración pública en la modalidad de peculado de uso y malversación, por los cuales la Fiscalía solicitó 21 años de prisión. Revelaciones del abogado querellante Carlos Herrera al diario La Estrella de Panamá suponen la existencia de hilos ocultos que actúan a favor y en contra de Martinelli, a la vez que dejan entrever movimientos de poderes opuestos en pugna por consolidar objetivos enfrentados relacionados con el futuro del exgobernante.
Herrera afirmó que ‘de una embajada’ conocieron información de que en el fallo del Tribunal del Juicio ‘había dinero de por medio’ y mencionó la cifra de 1,8 millones de dólares, sin precisar si se refería a cada juez o a los tres magistrados de forma conjunta, según entrevista publicada en la edición dominical.
‘Sí, estamos investigando. Nosotros a las diez de la mañana del 9 de agosto tuvimos una reunión con la procuradora (de la Nación) Kenia Porcell, porque teníamos una información que estaba circulando y que ya ha salido en redes’, dijo al referirse a un presunto pago realizado previo al fallo.
Además de la apelación correspondiente de víctimas y el Ministerio Público por la absolución basada en violaciones procesales, de acreditarse el mencionado acto de corrupción, se produciría un viraje del proceso con la posible agravante de involucrar a los jueces.
Otro elemento de la trama Martinelli apunta a que continúa la fase investigativa de otros expedientes que lo involucran en hipotéticos actos de corrupción, a pesar del argumento esgrimido por su defensa relacionado al tratado de extradición, el cual impide el juzgamiento por otra causa distinta a la que motivó el traslado forzoso.
El Juzgado Decimoctavo Penal negó un recurso de anulación de los abogados contra la resolución de la Fiscalía Séptima Anticorrupción para seguir la pesquisa por la presunta comisión del delito financiero en perjuicio de la Superintendencia del Mercado de Valores, publicó el periódico La Prensa.
Tales pasos despiertan suspicacias -al parecer también en los defensores- de que se trate de una acción basada en conversaciones y entendimientos entre los gobiernos de Estados Unidos y la anterior administración de Panamá, referidas a excepciones en la aplicación del tratado bilateral de 1904.
Facsímiles de las notas diplomáticas cursadas entre las cancillerías en abril pasado, publicadas por el rotativo, confirman que la parte estadounidense propuso a sus homólogos un instrumento simplificado con miras al consentimiento para autorizar una salvedad para juzgar otras causas.
El empeño tomado por Estados Unidos en capturar, mantener detenido y extraditar a Panamá a su ‘aliado’ Martinelli, reveló una animadversión contra el político panameño, quien entre sus supuestas víctimas de espionaje estaba la entonces embajadora de la nación norteña.
Posteriormente, cuando el expresidente se percató de la falta de apoyo del gobierno para el cual trabajó, denunció públicamente al menos dos escandalosos casos internacionales, cuyo ‘trabajo sucio’ hizo a pedido de los servicios de inteligencia estadounidenses.
Martinelli culpa a su antiguo aliado político, el expresidente Juan Carlos Varela de fabricar falsas acusaciones en su contra y amenazó con la revancha; pero al parecer actúan otros hilos ocultos, porque en su caso, a diferencia de lo que piensa, la última palabra aún está pendiente.
(Con información de Prensa Latina)