Negocia Irak nuevo gobierno bajo presión de protestantes

El lunes continuaron las reuniones entre partidos políticos, que comenzaron antes incluso de que el Parlamento aceptase la dimisión

Los políticos negocian la formación de un nuevo gobierno en Irak continuaban el lunes bajo la presión de los manifestantes, que denuncian sin descanso al poder y a su aliado iraní reclamando derribar el conjunto del sistema político.

El poderoso general Qassem Soleimani, enviado iraní para los asuntos iraquíes, está de regreso en Bagdad, indican responsables a la AFP, señal de que Teherán está decidido a no perder su influencia en Irak.

Un desplazamiento que Estados Unidos, otro aliado de Irak, pero enemigo jurado de Irán, ve como la manifestación del «nerviosismo» del régimen iraní que «interfiere en la política iraquí», según las palabras del secretario de Estado estadounidense adjunto para Oriente Medio, David Schenker.

El lunes continuaron las reuniones entre partidos políticos, que comenzaron antes incluso de que el Parlamento aceptase formalmente la dimisión el domingo del primer ministro Adel Abdel Mahdi.

Con el Parlamento más heterogéneo de la historia reciente de Irak, la formación de un ejecutivo será un delicado ejercicio de equilibrios, como ya lo fue hace 13 meses, cuando Abdel Mahdi se puso al frente del gobierno.

Pero, esta vez, habrá que convencer a más partes, empezando por Irán, un país cuya influencia no deja de crecer y que «no cederá fácilmente», según Harith Hasan, especialista en Irak.

También serán claves el gran ayatolá Alí Sistani, figura tutelar de la política iraquí que precipitó la caída de Abdel Mahdi, y la comunidad internacional, que denuncia la represión y la ausencia de reformas frente a unas manifestaciones que dejaron, de momento, 420 muertos.

Washington denunció el uso «escandaloso y abominable» de la fuerza durante el fin de semana Nassiriya, en el sur del país, donde murieron 40 manifestantes. «Pedimos al gobierno de Irak que investigue y culpe a quienes intentan silenciar brutalmente a los manifestantes», declaró David Schenker, exigiendo también el final inmediato del «acoso» y de «las intimidaciones» contra los periodistas.

Y por último, habrá que convencer a la calle, intransigente hasta la fecha.

Exigencias firmes

Tras dos meses de este movimiento social espontáneo, las exigencias de la población no han dejado de aumentar. Los manifestantes, que siguen ocupando las plazas de Bagdad y de varias ciudades del sur, reclaman una refundación del sistema político instaurado por Estados Unidos tras el derrocamiento de Sadam Husein en 2003.

Quieren una renovación total de la clase política, que desvió en actos de corrupción el equivalente al doble del PIB de uno de los países más ricos en recursos petroleros del mundo.

Ya rechazan los nombres que se han filtrado como posibles primer ministro.

«Queremos arrancar el gobierno de raíz», lanza Mohammed Al Mashhadani, que manifiesta en la plazada Tharir de Bagdad.

La oposición -liderada, por un lado, por el chiita Moqtda Sadr y, por otro, por el ex primer ministro Haider al Abadi- se niega a participar en las negociaciones.

Según explicó Hasan, la oposición es consciente de las altas expectativas de la población y de que «es difícil contentar a la calle». «No quieren enfrentarse a más ira y más rechazo», mientras que la clase política, que no ha cambiado en 16 años, «no sabe salirse de sus esquemas tradicionales».

Transición breve

«El mejor escenario sería un gobierno de transición que instaure un nuevo marco legislativo para las próximas elecciones», afirmó el experto en Irak a la AFP. Quien se ponga al frente deberá «prometer que no se presentará a esas elecciones».

Para «restaurar la confianza», el Parlamento trabaja ya en la elaboración de una nueva ley electoral, dijo el lunes su jefe Mohammed al Halbusi, que inició discusiones con los grupos parlamentarios y la representante de la ONU en Irak.

Por su parte, los manifestantes siguen ocupando las calles de Bagdad, Diwaniya, Al Hilla, Kut o Nayaf, donde el miércoles fue incendiado el consulado iraní.

En esa ciudad, se registraron enfrentamientos el domingo hasta bien entrada la noche, con varios hombres vestidos de civil disparando contra unos manifestantes que prendieron fuego a parte de un mausoleo.

En Nasiriya, de donde es oriundo Abdel Mahdi, los manifestantes siguen acampados en el centro de la ciudad pese a la violencia de los últimos días, reclamando la «caída del régimen».

(Con información de AFP)

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