Manifestantes exigen la dimisión de gobierno libanés
El hastío popular se dirige a la clase política, acusada de corrupción y mercantilismo en un país con edificios en malas condiciones y carestía
El gobierno de Saad Hariri se enfrentaba el viernes a llamados a la dimisión en Líbano, donde miles de personas se manifestaron toda la noche, quemando neumáticos y cortando carreteras, para expresar su hastío por una persistente crisis económica.
Las manifestaciones en todo el país comenzaron a raíz de una decisión del gobierno de imponer una tasa a las llamadas efectuadas a través de aplicaciones de mensajería en internet. Las autoridades acabaron por renunciar a ella ante la presión popular.
En las últimas semanas, la tensión fue en aumento en Líbano en un contexto de empeoramiento de la situación económica, con temores a una devaluación y escasez de dólares en los mercados de cambio.
El hastío popular se dirige a la clase política, acusada de corrupción y mercantilismo en un país con edificios en malas condiciones y donde los ciudadanos se quejan de la carestía de la vida.
Al grito de «Revolución, revolución» y «el pueblo quiere la caída del régimen», los libaneses, en su mayoría jóvenes, salieron a la calle inmediatamente tras el anuncio el jueves por la noche de la tasa, una medida que busca generar ingresos para el Estado.
En la capital, los manifestantes bloquearon numerosas carreteras, como la que lleva al aeropuerto internacional en Beirut, quemando neumáticos y contenedores de basura.
Cerca de la sede del gobierno en el centro de Beirut, hubo enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que querían tomar por asalto el edificio. Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos para dispersarlos.
El viernes por la mañana, los manifestantes volvieron a salir a la calle en la capital y en otras ciudades.
Hariri debe hablar este viernes, indicó la ministra del Interior Raya al Hasan. «Si este gobierno cae, el gobierno que venga no tendrá mejores opciones», declaró en un comunicado.
Llamado a la huelga general
Varios responsables pidieron la salida del gobierno Hariri. El influyente político Walid Jumblatt declaró que había pedido su dimisión.
«Nosotros les hemos elegido y nosotros les expulsaremos del poder», lanzó un manifestante por la noche.
«Los que nos une es nuestro nivel de vida que actualmente está destruido», declaró otro.
Líbano experimenta desde hace varios años un deterioro de su economía, que sufre relativamente la guerra en la vecina Siria, y cuyas repercusiones se suman a una corrupción endémica y unas infraestructuras en ruinas.
La deuda pública alcanza más de 86 mil millones de dólares, es decir más del 150% del PIB, tercera tasa más alta en el mundo, por detrás de Japón y Grecia.
El sindicato de funcionarios lanzó un llamado a la huelga general el viernes. Los bancos permanecen cerrados, así como las escuelas y las universidades.
El jueves por la noche, el ministro de Información Mohamad Shucair anunció que los usuarios deberían pagar a partir de enero de 2020, 20 céntimos de dólar (18 céntimos de euro) por cada llamada realizada a través de servicios como Whatsapp y Viber, y añadió que esta tasa supondría al Estado 200 millones de dólares al año.
«En Líbano, el precio de la telefonía móvil está entre los más altos de la región», indicó en Twitter la organización de defensa de las libertades digitales en el mundo árabe SMEX.
Líbano se comprometió en abril de 2018 a iniciar reformas durante una conferencia internacional a cambio de promesas de préstamos y donaciones por un total de 11.600 millones de dólares.
(Con información de AFP)