Los rebeldes piden alto el fuego en Alepo
El Ejército sirio y sus aliados conquistaron este miércoles el casco viejo de Alepo, tras la retirada de los combatientes rebeldes, que pidieron un alto el fuego en la segunda ciudad de Siria y la evacuación de los civiles.
Por su parte, el presidente sirio, Bashar al Asad, dijo que una victoria en Alepo sería un «gran paso» para acabar con cinco años de guerra civil. «No significará el final de la guerra en Siria. Pero será un gran paso hacia ese final», declaró en una entrevista con el diario sirio Al Watan.
Preguntado por la posibilidad de decretar una tregua en Alepo, Asad dijo que ésta es «prácticamente inexistente». «Los estadounidenses, en particular, están insistiendo en pedir una tregua, porque sus agentes terroristas están ahora en una difícil situación», declaró a Al Watan.
Seis países occidentales (EEUU, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y Canadá) solicitaron este miércoles una tregua ante la «catástrofe humanitaria» de la parte oriental de Alepo.
Estos países condenaron también, en una declaración común, la actuación del régimen sirio y de sus socios extranjeros, en particular, la «obstrucción sistemática de Rusia» en los esfuerzos internacionales para poner fin a la guerra en Siria.
El proyecto de alto el fuego podría ser debatido por los jefes de la diplomacia estadounidense y rusa, John Kerry y Serguei Lavrov, respectivamente, hacia las 19H00 GMT en Hamburgo (Alemania).
Sin embargo, Siria excluyó cualquier alto el fuego que «no prevea la salida de todos los terroristas» del este de Alepo.
El imparable avance de las tropas gubernamentales en lo que era uno de los principales bastiones rebeldes provocó el éxodo de 80.000 civiles desde el inicio de la ofensiva el 15 de noviembre pasado, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
Situación ‘desgarradora’
Las tropas gubernamentales tomaron el control del casco viejo sin combatir debido a que los rebeldes se replegaron «por temor a quedar sitiados», indicó el OSDH.
El ejército sirio entró en el casco viejo luego de ocupar los barrios adyacentes de Bab al Hadid y Aqyul, al este de la célebre ciudadela que estuvo siempre en manos del gobierno.
El avance del ejército, secundado por combatientes procedentes de Irán y el Líbano, es apoyado por intensos bombardeos aéreos contra las zonas aún controladas por los rebeldes, entre ellas, el barrio de Al Zabdiya, indicó el OSDH.
Según el geógrafo especializado en Siria, Fabrice Ballanche, los rebeldes sólo controlarían 10 km2 del este de Alepo (de un total de 60 km2).
Los soldados prorrégimen recuperaron también tres barrios próximos al casco viejo -Bab al Nayrab, Maadi y Marjé- y las últimas zonas que seguían en manos de los rebeldes estaban siendo sometidas a intensos bombardeos.
Acorralados en los sectores del sur, donde están totalmente asediados, los grupos rebeldes reclamaron que los civiles que «deseen abandonar el este de Alepo» puedan trasladarse «al norte de la provincia de Alepo», donde los insurgentes todavía controlan sectores.
En su declaración, los rebeldes también pidieron negociaciones sobre el «futuro de la ciudad», una vez se haya superado la crisis humanitaria.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, juzgó «desgarradora» la situación de los civiles en Alepo, tras haber solicitado, él también, que se decrete un alto el fuego.
A medida que avanzan las tropas gubernamentales, aumenta el número de personas que huyen del este de Alepo, donde residían unos 250.000 habitantes.
Doce muertos en el oeste de Alepo
Unos 80 mil habitantes se refugiaron en los barrios gubernamentales del oeste de la ciudad o en las zonas controladas por las milicias kurdas, indicó Rami Abdel Rahman, director del OSDH. No hay cifras de los habitantes que se desplazaron a los barrios en manos rebeldes.
«No pudimos dormir, la situación es muy difícil», dijo a la AFP Oum Abdu, una mujer de 30 años que abandonó el barrio de Bab al Hadid con su marido y sus cinco hijos. «Los últimos cuatro días fueron agotadores», agregó mientras esperaba para subir a un autobús del Gobierno y ser trasladada a un campo de desplazados.
Tras el inicio del sitio en julio pasado, «la subida de los precios era increíble. Era muy difícil conseguir leche o pañales para mi bebé de ocho meses. Felizmente la gente se ayudó», cuenta Hasan Atlé, procedente del barrio de Bayada.
Al menos 369 civiles murieron, entre ellos 45 niños, en el este de Alepo desde el inicio de la ofensiva, según el OSDH.
En las zonas gubernamentales del oeste, atacadas por la artillería rebelde, murieron 92 civiles, entre ellos 34 niños.
Según un responsable gubernamental local, 12 personas, incluidos siete niños, fallecieron el miércoles en el oeste de Alepo, víctimas de los disparos de los rebeldes.
Además, un disparo mató a un coronel ruso, Ruslan Galitskii, uno de los militares de mayor rango muerto en Siria desde el inicio de la intervención de ese país el 30 de septiembre de 2015.