La migración no es problema sino el tráfico de personas
Los migrantes aportan a la cultura, la economía y futuro regional, el reto es ordenar su inserción en la sociedad: líderes de la UE
Bruselas, Bélgica. Líderes de la Unión Europea (UE) reconocieron la contribución de los migrantes a la cultura, la economía y futuro regional, al tiempo que exhortaron a ordenar el proceso de su inserción en la sociedad.
La comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, afirmó que esas poblaciones llegan a los países del bloque comunitario “a trabaja y a amar”, y agregó que “los hechos demuestran que esa opción funciona”.
En un artículo publicado en Internet a propósito del Día Internacional de las Personas Migrantes Johansson abogó por una gestión más efectiva ante ese fenómeno que definió como “una solución, no un problema”.
Atraer a los indocumentados para que entren en la UE de manera irregular es un problema, pero las personas mismas no lo son, afirmó la funcionaria.
Más adelante dijo que la migración es normal y “siempre ha estado y estará aquí”.
La gente se mueve por trabajo, por amor, para reunir familias y, a veces, para escapar del riesgo para la vida y la libertad», indicó Johansson.
De su lado el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, instó en Twitter a «hacer retroceder a la extrema derecha cuando intenta deshumanizar a quienes buscan una mejor vida para sus familias».
La migración enriqueció nuestras sociedades; dio forma a nuestra cultura e idiomas, y dio lugar a millones de nuevas amistades y relaciones, escribió Sassoli en esa red social.
El tema migratorio es hoy una tarea pendiente para los países que integran el bloque comunitario.
Divergencias por parte de los gobiernos en torno a cómo accionar ante esa situación dilatan una solución consensuada, en tanto cada país aplica sus propias normativas y los mecanismos legales para la inserción de los migrantes en las naciones de acogida son dilatados e ineficientes.
La víspera La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) criticó lo que definió como “nueva ola de rechazo hacia los migrantes en el mundo” y demandó de los gobiernos respeto para los derechos humanos de las personas en movilidad.
António Vitorino, director general del organismo declaró que “más allá de las fronteras cerradas, familias separadas e inestabilidad económica, la pandemia mundial de la Covid-19, que ya dura dos años, generó aversión hacia ese grupo poblacional y su creciente instrumentalización con fines políticos.
Cerca de 281 millones de personas en el mundo son migrantes, lo que representa el 3.6 por ciento de la población total.
En Europa las víctimas de ese fenómeno ascienden a más de dos mil 720 en lo que va de año, la cifra más alta del último lustro.
Gran parte de las muertes ocurrieron en el mar Mediterráneo; otros perecieron en el Atlántico rumbo a las españolas Islas Canarias, según datos de la OIM.
(Con información de Prensa Latina)