Inequidad y racismo azotan a los trabajadores en EU
Alrededor de 15 millones de personas estaban en riesgo de perder su cobertura de salud debido cambios en la normatividad
Washington, Estados Unidos. Hoy, justo cuando se celebra el Día Internacional de los Trabajadores, son crecientes los desafíos que enfrentan los asalariados de Estados Unidos para hacer valer sus derechos.
Aunque se trata de la nación más rica del mundo, continuamente un por ciento considerable de la ciudadanía teme perder su seguro médico, persisten las notables desigualdades asociadas al color de la piel, mientras los sindicatos luchan de manera constante contra leyes que dificultan su existencia y facultades.
Hace exactamente un mes la amenaza se hizo oficial: alrededor de 15 millones de personas estaban en riesgo de perder su cobertura de salud debido a la comprobación de los requisitos que realizarían los estados para integrar el programa conocido como Medicaid.
«Empleados, padres con niños, perderán el seguro cuando intenten volver a inscribirse», declaró oportunamente Ellen Taverna, directora asociada del programa Together for Medicaid (Juntos por Medicaid) en Community Catalyst, citada por CBS News.
De ellos, estimó, 380 mil son adultos que pese a tener trabajo no serán elegibles para otra cobertura porque ganan muy poco para calificar para los subsidios del plan conocido como Obamacare, pero mucho, según las exigencias establecidas por Medicaid.
Incluso si algunas de esas personas finalmente lograran volver a inscribirse en el programa, alertaron previamente los expertos, el lapso que dure la carencia de un plan de cobertura perjudicará a aquellos con padecimientos crónicos.
Además de los escollos relacionados con la asistencia sanitaria, golpea a los trabajadores afrodescendientes los nefastos efectos del racismo sistémico que caracteriza a la nación.
Según un análisis de LendingTree, una de las plataformas de intermediación financiera más grande del país, el ingreso medio en los hogares negros es un 35 por ciento más bajo que el de los blancos.
En Estados Unidos, aseguró, el salario promedio de los afrodescendientes a tiempo completo es un 19 por ciento inferior al de sus pares caucásicos.
El primero de estos grupos tiene más del doble de probabilidades de que se les niegue un crédito o se les autorice uno por un monto menor al solicitado.
Durante 2021, el 46 por ciento de los miembros de este sector poblacional que pidió un préstamo resultó denegado, o mereció una cantidad por debajo de la requerida, en comparación con el 22 por ciento del otro segmento.
Los estadounidenses blancos no hispanos poseen el 82 por ciento de la riqueza del país acorde con cifras del tercer trimestre de 2022, mientras que los negros tienen apenas el cinco por ciento, a pesar de representar el 59 y el 14 por ciento de la población, respectivamente, especificó el estudio.
Asimismo, no son pocos los escollos que ponen en riesgo la supervivencia de los sindicatos actualmente instituidos en la nación. Por solo poner un ejemplo, en Florida, la legislatura controlada por los republicanos arremete contra esas organizaciones y las protecciones que brindan, y amenaza con hacer retroceder décadas de esfuerzos de los empleados públicos para ganar salarios dignos.
Una vez que los firme el gobernador Ron DeSantis, los proyectos de leyes complementarios HB 1445 y SB 256 vetarán las deducciones de cheques de pago para cuotas sindicales específicas del sector público, e incrementarán al 60 por ciento la cifra de empleados que deben ser miembros en pos de mantener la certificación del sindicato.
Además de las mentadas restricciones, las propuestas de Florida requerirían auditorías avaladas que podrían costar a algunos capítulos de membresías pequeñas más de lo que recaudan en un año.
Pocas excepciones se tuvieron en cuenta en la norma y esas solo incluyen a la policía, los bomberos y los oficiales penitenciarios.
Según opinó Sean O’Brien, presidente general de la International Brotherhood of Teamsters, o Hermandad Internacional de Camioneros, la norma “no es solo un ataque contra los miembros del sindicato del sector público, es también un ataque contra todos los trabajadores”.
Citado por el diario The Palm Beach Post, el líder aseguró que los sindicalizados ganan más dinero que quienes hacen exactamente el mismo trabajo y no pertenecen a esos gremios.
Cuando los sindicatos son más débiles, los trabajadores tienen menos dinero en el bolsillo y todo el país sufre, sentenció, a pocas horas de la conmemoración del día en que gran parte movimiento obrero mundial busca reivindicar sus derechos.
(Con información de Prensa Latina)