Huracán Florence azota costa este de Estados Unidos

Azotada por vientos de 155 km/h y fuertes lluvias, la costa este de Estados Unidos enfrenta los embates del huracán Florence, que promete inundaciones catastróficas y serios daños.

Pese a su degradación a categoría 2 en la escala de 5 de Saffir-Simpson, el huracán es muy peligroso, advirtió el Centro Nacional de Huracanes (NHC) en su boletín de las 00H00 GMT.

El ciclón se encontraba a 135 km de Wilmington, en Carolina del Norte, y se desplazaba a 7 km/h, agregó el NHC, que volvió a advertir sobre la posibilidad de «inundaciones extremadamente peligrosas».

En este estado de la costa atlántica estadounidense, unos 88.000 hogares ya se encontraban sin energía eléctrica, según la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).

La ciudad portuaria de Wilmington sufría fuertes ráfagas de viento, aunque la lluvia había disminuido un poco, según un periodista de la AFP.

Casi una decepción para Matthew y Kevin Goricki, que caminaban con el pecho desnudo por las calles de la parte vieja de la ciudad. «No es tan fuerte como se anunció», lanzó Matthew.

«Ayer estábamos en Victoria Beach antes de la evacuación y el dueño de un bar en la playa, sabedor de que iba a perderlo todo, ofreció comida y bebida gratis a los clientes», agregó.

Un puñado de bares permanecían aún abiertos al caer la noche. El propietario del Bar Local, Denis Mancinelli, incluso aprovechó a tocar su guitarra eléctrica para atraer a los escasos transeúntes. «Permaneceré abierto mientras las condiciones lo permitan», dijo.

Afuera, dos jóvenes con camisas floreadas se preguntaban si podrían nadar a través del río Cape Fear a pesar de la corriente y sus aguas turbulentas.

No bajar la guardia

Pero Brock Long, director de la FEMA, instó a no bajar la guardia «sólo porque la velocidad del viento bajó, la intensidad de la tormenta bajó a dos».

En tanto, Steve Goldstein, director de la agencia Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), advirtió que «se producirá un aumento del nivel del agua de 1.8 a 2.7 metros».

Según Goldstein, se espera que Florence toque tierra en los estados de Carolina del Norte y del Sur «en algún momento del viernes en la tarde, del viernes por la noche o del sábado».

Los vientos también ya se sentían en la localidad de Myrtle Beach, en Carolina del Sur, que estaba prácticamente desierta.

«Yo me sentía bien hasta que me desperté esta mañana y vi que era una ciudad desierta», contó un residente de 40 años que dijo que se refugiaría en Charlotte, tierra adentro.

Aunque en la tarde, algunos surfistas aprovechaban las grandes olas provocadas por el huracán.

Al igual que en muchas otras localidades de la costa, las autoridades instaron a evacuar el martes e impusieron un toque de queda. Para aquellos que no pudieron o no quisieron irse, se abrieron varios centros de refugio.

En un refugio cercano a Myrtle Beach, Rebecca Cheledlik, de 71 años, dice estar feliz de conocer gente nueva. «Para mí es como una fiesta, vivo sola así que esto me parece una vacación», dice sonriente.

Los llamados a tener cuidado con la tormenta llegaron incluso desde la Estación Espacial Internacional: el astronauta alemán Alexander Gerst tuiteó fotos de la gigantesca tormenta y escribió: «¡Cuidado, Estados Unidos!».

«Inundaciones letales»

Las órdenes de evacuación alcanzaron a unas 1.7 millones de personas en Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia que emprendieron camino el miércoles para refugiarse de la tormenta.

Cinco estados declararon estado de emergencia: Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Maryland y Virgina, además de la capital Washington.

Al aproximarse a la costa, se espera que Florence provoque lluvias torrenciales durante varias horas tanto en el litoral como tierra adentro.

Según el Servicio Nacional de Meteorologia (NWS), unos 4,9 millones de personas sufrirán precipitaciones de más de 250 mm en los cinco próximos días.

Brock Long advirtió que «las inundaciones tierra adentro pueden ser letales y van a ocurrir».

«Habrá daños de infraestructura, y cortes de energía que podrían durar días o incluso semanas», agregó.

Duke Energy, una empresa eléctrica presente en las dos Carolinas, estimó que unos tres millones de clientes se van a quedar sin electricidad por la tormenta y que podrían tardar hasta una semana en restaurar el servicio.

(Con información de AFP)

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