FAO: más hambre en el mundo por inestabilidad y conflictos
La mitad de los luchas internas armadas fueron provocadas, financiadas o mantenidas en la pelea por los recursos naturales
Roma, Italia. La inestabilidad geopolítica y mayor repercusión de los conflictos, en particular los relacionados con la competencia por los recursos y la energía, es tema de análisis de la cuadragésimo segunda Conferencia de la FAO.
Un nuevo documento sometido a la consideración y posterior aprobación de la máxima instancia de ese organismo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ubica a las confrontaciones como causantes de inseguridad alimentaria y malnutrición, junto con el cambio climático y la crisis económica.
‘Transformación de los sistemas alimentarios agrícolas: pasar de la estrategia a la acción’ da título al documento El estado mundial de la agricultura y la alimentación, el cual trama estrategias para enfrentar los desafíos que supone producir suficientes alimentos y al mismo tiempo proteger al planeta.
La gran mayoría de las personas que padecen inseguridad alimentaria crónica y malnutrición, señala el texto, viven en países afectados por conflictos en tanto, añadió, las investigaciones apuntan a que en los últimos 60 años entre el 40 y el 60 por ciento ‘de los conflictos internos armados fueron provocados, financiados o mantenidos por los recursos naturales’.
La víspera, en la jornada virtual de la Conferencia, la cual sesionará hasta el día 18 en formato virtual, el economista jefe de la FAO, Máximo Torero, presentó el documento.
El experto, entre otros aspectos, destacó que en ‘los últimos años el aumento en la frecuencia e intensidad de los conflictos, junto a los eventos extremos en la variabilidad del clima y la desaceleración y reducción de las economías, impulsan el incremento del hambre en el mundo y socavan los esfuerzos para combatir la desnutrición en particular en los países de ingresos bajos y medios.
Además, el texto señala que ellos también reducen la disponibilidad, trastornan el acceso a los alimentos y a los cuidados sanitarios, además de debilitar los sistemas de protección social.
Precisa de igual modo, que ese factor, junto al cambio climático, la degradación de los recursos naturales renovables y la desertificación, perturban los medios de vida agrícolas y los sistemas agroalimentarios.
Las actividades extractivas, subraya el documento, suelen concentrarse en zonas rurales que abarcan territorios indígenas y han sido motivo recurrente de conflictos socioeconómicos y etnoterritoriales.
Un mundo desorganizado en el que persisten conflictos internacionales y nacionales es uno de los posibles escenarios futuros, apuntó el documento y precisó que los sistemas agroalimentarios se verían afectados por perturbaciones en distintas partes de los sistemas socioeconómicos y ambientales.
El informe detalla el enfoque sistémico de la FAO en función de acelerar la innovación, la tecnología, los datos, la gobernanza y las instituciones con el propósito de transformar los sistemas agroalimentarios de hoy y que nadie pase hambre en el mundo de mañana.
(Con información de Prensa Latina)