Excavan fosa común de la invasión de EU a Panamá
El ejército agresor se negó a ofrecer documentación pra esclarecer lo ocurrido a un número indeterminado de civiles y militares
Panamá. Bolsas con restos humanos, presuntamente de víctimas de la invasión militar de Estados Unidos a Panamá, emergieron de fosas comunes en el cementerio Monte Esperanza, en la caribeña ciudad de Colón, mientras hoy continúa la búsqueda.
Geomara Guerra, fiscal a cargo de las pesquisas, declaró a periodistas que las excavaciones las guiaron informes de que existían enterramientos de cadáveres sin identificar sepultados tras la asonada castrense del ejército estadounidense, iniciada el 20 de diciembre de 1989.
‘Hemos recuperado cuatro bolsas de cadáveres y esperamos seguir abriendo el terreno para ver cuántas bolsas más podemos recuperar’, dijo la jurista, quien detalló que se hizo inicialmente un estudio del terreno, para apreciar el área donde se encontraba la fosa descrita, cuya ubicación era imprecisa.
Tras 10 días de trabajos, los hallazgos obligaron a cambiar la dirección del movimiento de tierra y perforar a una profundidad de dos metros para encontrar los restos, donde esperan encontrar otros cadáveres de la misma fecha, explicó.
Por su parte, José Sosa, integrante de la Comisión 20 de Diciembre, informó a periodistas que en el año 90 se realizaron dos exhumaciones de huesos en ese mismo sitio, pero sin identificación, por lo que el grupo creado en 2016 promovió la apertura de expedientes judiciales sobre víctimas de aquel hecho.
En septiembre del pasado año el Ministerio Público hizo una inspección ocular en Monte Esperanza, porque familiares de las víctimas refirieron los resultados de una investigación en la cual confirmaron enterramientos masivos durante la invasión.
A finales de 2019 el Segundo Tribunal de Justicia abrió 14 expedientes para identificación de restos humanos, a petición de familiares y de la Comisión que investiga lo ocurrido con la ayuda de forenses, antropólogos y autoridades judiciales.
Inicialmente las pesquisas se hicieron en el cementerio capitalino Jardín de Paz donde hallaron varias decenas de restos humanos en fosas comunes, lo que requirió desde entonces un trabajo de identificación mediante el método de comparar ADN de familiares.
La historia de la cruenta invasión es un enigma, porque el ejército agresor se negó a ofrecer documentación que permita esclarecer lo ocurrido y la suerte de un número indeterminado de civiles y militares muertos, mientras solo existen testimonios de testigos que cuentan anécdotas aisladas.
Entre las múltiples versiones, una de las más reiteradas es la creación de fosas comunes, una de ellas con documentación fotográfica, en tanto otros testimonios refieren enterramientos fuera de los cementerios e inclusos cadáveres incinerados o tirados al mar.
En la invasión a Panamá, los agresores probaron la más alta tecnología de guerra disponible en el momento, según el libro ‘Cuando los gringos bombardearon el trineo de Santa Claus’, un compendio de lo publicado en el entonces clandestino Quincenario Bayano, en febrero de 1990 y otros textos elaborados con posterioridad.
(Con información de Prensa Latina)