El “dictador” Shinzo Abe bate récord en Japón
Entre sus ambiciosos objetivos incluye una revisión constitucional para fortalecer a los militares, pero parece lejos de su alcance
Shinzo Abe ingresó el miércoles a los libros de historia como el primer ministro con más tiempo de servicio en Japón, pero muchos de sus ambiciosos objetivos, incluida una revisión constitucional para fortalecer a los militares, parecen estar lejos de su alcance.
Este miércoles Abe tiene su día número 2 mil 887 en el cargo, superando el récord establecido previamente por Taro Katsura, un venerado político que sirvió tres veces entre 1901 y 1913.
A los 65 años de edad, Abe es también es el segundo líder con más años de servicio entre las principales economías del G7, solo detrás de la canciller alemana Angela Merkel, quien ha estado en el cargo desde 2005.
El control de Abe sobre el poder se mantiene firme, y es probable que su mandato dure al menos hasta septiembre de 2021, aunque aún no hay ningún sucesor claro en el horizonte.
Pero el primer ministro tiene muchos asuntos pendientes: a principios de 2019, luego de una reorganización de su gabinete, dijo que esperaba «asumir el desafío de crear un nuevo país».
En varias oportunidades, por ejemplo, manifestó su ambición de revisar la constitución de posguerra de Japón, para cambiar el estado de las Fuerzas de Autodefensa del país.
Pero los partidos de oposición se han negado a avanzar con esa revisión, y Abe ha visto su reputación empañada por la renuncia de dos ministros del gabinete y un escándalo por favorecer a amigos.
Actualmente está sumido en un nuevo escándalo por invitar a muchos de sus partidarios a una costosa fiesta para ver los cerezos en flor, lo que obligó al gobierno a descartar el evento anual del próximo año.
En declaraciones a periodistas el miércoles para marcar el récord, recibió muchas preguntas sobre este último escándalo, que muestra pocas señales de desaparecer.
«He hecho esfuerzos todos los días para llevar a cabo las políticas que prometí, y estos esfuerzos diarios me han traído a este día», dijo.
Sin rivales
Sin embargo, a pesar de estos tropiezos, analistas señalan que la coalición gobernante de Abe no enfrenta grandes amenazas en el parlamento y que no hay pretendientes obvios para su cargo.
«Parece que no hay rivales fuertes dentro del Partido Liberal Democrático (PLD), y la base política del primer ministro dentro del partido es estable», señaló el periódico conservador Yomiuri Shimbun.
Una encuesta de NHK este mes mostró el apoyo a su PLD en un sólido 36,8%, eclipsando el apoyo del 6,3% para el mayor partido de la oposición, el Democrático Constitucional.
Casi el 38% de los consultados dijo que no apoyaba a ningún partido en particular.
Con su lugar en los libros de historia asegurados, se espera que Abe se centre en varios objetivos difíciles en los próximos años, como la revisión constitucional, la liberación de los japoneses secuestrados por Corea del Norte y la resolución de una larga disputa territorial con Rusia.
«Definitivamente, el primer ministro Abe pasará a la historia», dijo Shinichi Nishikawa, profesor de ciencias políticas en la Universidad Meiji de Tokio.
«Pero las posibilidades de alcanzar sus ambiciosas metas son muy, muy escasas», añadió Nishikawa a la AFP.
Abe se convirtió en el primer ministro más joven de Japón cuando asumió el cargo en 2006 a la edad de 52 años, pero renunció después de solo un año, afectado por escándalos y debilitado por problemas de salud.
En 2012 regresó a su cargo con la promesa de revivir la economía de Japón priorizando el crecimiento, una estrategia conocida como «Abenomics».
Ha impulsado las reformas de políticas destinadas a aumentar la tasa de natalidad del país, incluso aumentando el acceso a cursos preescolares para niños pequeños.
También ha priorizado forjar una estrecha relación personal con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en un intento por fortalecer la alianza clave con Washington que garantiza la seguridad de Japón.
(Con información de AFP)