Disturbios cerca del Parlamento en Hong Kong

Decenas de miles de personas desafiaron la prohibición de manifestarse para invadir de nuevo varios barrios de la excolonia británica

La policía disparó el sábado gases lacrimógenos para dispersar una protesta violenta cerca del Parlamento en Hong Kong, cuando decenas de miles de personas desafiaron la prohibición de manifestar para invadir de nuevo varios barrios de la excolonia británica.

La policía justificó la decisión de prohibir una nueva manifestación este sábado por los enfrentamientos ocurridos el domingo pasado, uno de los episodios más graves desde el inicio de la protesta en junio.

Pero desde primeras horas de la tarde, multitud de manifestantes vestidos de negro -color emblemático de la protesta- desfilaron por las calles de varios barrios del centro de la región semiautónoma.

«Recuperar Hong Kong, la revolución de nuestra época», coreaban.

La tensión subió al final de la tarde, cuando un pequeño grupo de radicales comenzó a lanzar piedras a la policía, atrincherada alrededor del complejo que alberga el Parlamento local y la sede del Ejecutivo hongkonés.

Cerca de casa de Carrie Lam

La policía disparó granadas lacrimógenas para intentar dispersarlos, mientras que los manifestantes derribaron las barreras de protección, y arrojaron cócteles molotov a las fuerzas de seguridad.

El Parlamento había sido invadido y saqueado el 1 de julio, día del 22 aniversario de la retrocesión de la excolonia británica.

Antes, un grupo desfiló cerca de la residencia de la jefa del Ejecutivo local, Carrie Lam, exresidencia del gobernador británico en lo alto de las primeras pendientes de Victoria Park.

Lam concentra la ira de la protesta por no haber retirado formalmente su proyecto de ley sobre las extradiciones hacia China, que fue el detonador en junio de la movilización.

Otro grupo se reunió en el barrio comercial de Causeway Bay, repleto como cada sábado.

«Estoy dispuesto a asumir las consecuencias por manifestar», declaró un manifestante que se identificó como Jay. «Pero nosotros, hongkoneses, tenemos la libertad de reunión».

Hong Kong vive desde hace casi tres meses su peor crisis política desde su retrocesión a China en 1997, con acciones casi diarias que acabaron a veces en disturbios. Una situación inédita a la que no logran dar respuesta las autoridades de la región semiautónoma.

«Ahora o nunca»

La movilización amplió sus reivindicaciones, denunciando la creciente influencia de China sobre su región y la pérdida de libertades.

«Es ahora o nunca», explica una contable que se hace llamar Wong. «Tengo dos hijos que no han venido, pero su abuela está aquí. Defendemos el mantenimiento del derecho a manifestar para la próxima generación», agregó.

Este sábado se cumple el quinto aniversario del rechazo de Pekín a organizar elecciones con sufragio universal en Hong Kong. Esta decisión desencadenó el «Movimiento de los Paraguas» de 2014, marcado por 79 días de ocupación del centro financiero y político de la ciudad.

Esta movilización entonces histórica finalizó sin ninguna concesión por parte del Gobierno central chino. Y los manifestantes actuales están decididos a no dejar morir su movimiento, de ahí la creatividad de sus modos de acción.

Además de la prohibición de manifestar, la víspera cinco militantes de primer orden y tres diputados fueron detenidos en una redada.

Entre ellos, dos figuras centrales del «Movimiento de los Paraguas», Joshua Wong y Agnes Chow, ambos de 22 años, fueron detenidos el viernes al amanecer, e inculpados después, en especial por «incitación a participar en una concentración no autorizada». Horas más tarde, fueron liberados bajo fianza.

Rezar por los «pecadores»

En el marco de una reunión en Helsinki, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, calificó la situación de «muy preocupante». El presidente estadounidense Donald Trump lanzó un llamado a la calma y exhortó a Pekín a gestionar las protestas «con humanidad».

Amnistía Internacional denunció, por su parte, «tácticas con el objetivo de sembrar el miedo sacadas de los manuales chinos».

Pero numerosos activistas discutieron en internet la manera de continuar apoyando el movimiento sin arriesgarse a ser detenidos.

Los manifestantes sugirieron toda una serie de iniciativas, como ir «de compras en masa» o rezar por los «pecadores hongkoneses» durante «concentraciones religiosas», que no necesitan la misma autorización que una manifestación.

El sábado por la mañana, LIHKG, un foro de manifestantes, anunció en Twitter que su aplicación fue el blanco del «peor ataque de su historia».

Más de 900 personas fueron detenidas en total desde junio. La policía negó sin embargo un intento de socavar las manifestaciones del fin de semana. «Es totalmente falso», declaró a los periodistas su portavoz, John Tse.

(Con información de AFP)

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