Disputan franceses por plan de recuperación económica
El programa dotado de 100 mil millones de euros podría encausar la economía pero critican e haberse centrado en la cúpula empresarial
París, Francia. El gobierno francés presentó esta semana su plan de relanzamiento económico ante las crisis desatadas por la Covid-19, una iniciativa que enfrenta duras críticas en fuerzas políticas y sindicatos.
En un escenario de polarización, cada parte defiende su tesis, el ejecutivo asegura que el programa dotado de 100 mil millones de euros marcará el camino de la recuperación socio-económica e impulsará la transición ecológica, mientras los detractores le otorgan calificativos como tardío y centrado en las empresas.
Según manifestó el miércoles el primer ministro Jean Castex, las 70 medidas del plan buscan reencontrar para el 2022 la ruta del crecimiento, de cara a previsiones de una recesión sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, con una caída del Producto Interno Bruto de hasta un 11 por ciento este año.
El plan incluye 30 mil millones de euros para la transición energética, en sectores como transporte, industria y agricultura; 35 mil millones para las empresas, con prioridad para la relocalización de áreas estratégicas, y 35 mil millones para la cohesión territorial.
Castex precisó que estos últimos recursos tendrían el objetivo de invertir en los hospitales, la construcción de viviendas, el apoyo a los jóvenes y la creación de empleos, 160 mil en 2021.
También se dedicarán 200 millones de euros adicionales en respaldo a las asociaciones que luchan contra la pobreza y la exclusión, subrayó.
Las reacciones no se hicieron esperar, y el propio día el secretario nacional del Partido Comunista Francés, Fabien Roussel, acusó al primer ministro de presentar el plan como si ‘fuese un regalo a Francia, cuando se trata de nuestro dinero, no de un regalo’.
Si la ayuda se utiliza para suprimir empleos, es en realidad un mal uso de los fondos públicos, por lo que los 100 mil millones de euros necesitan un control social, señaló en su cuenta en Twitter, en alusión a la eliminación de plazas por compañías receptoras de multimillonarios rescates.
En un comunicado, el PCF advirtió que el propósito gubernamental es beneficiar al capital y prometió iniciativas para lidiar con las consecuencias de la Covid-19.
‘Este plan confirma la decisión del presidente (Emmanuel Macron) y del gobierno de relanzar las ganancias por encima de la respuesta a los desafíos de la crisis sanitaria, económica y ecológica’, estimó.
Por su parte, el líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, aseveró que el único relanzamiento es el de la figura de Macron, a quien desde la oposición atribuyen el objetivo de consolidarse como candidato de fuerza a la reelección en las elecciones de 2022.
También desde los ecologistas encontró rechazo la visión oficial de la respuesta a la Covid-19 y los desafíos del cambio climático, y el secretario nacional de los verdes EELV, Julien Bayou, la calificó de ‘un plan a la antigua, con inversiones puntuales y netamente insuficientes’.
Las críticas llegaron asimismo desde la derecha tradicional, el partido Los Republicanos, cuyo máximo dirigente, Christian Jacob, tildó el plan de tardío y opinó que el gobierno debió lanzarlo antes de las vacaciones veraniegas.
En el ámbito sindical, el repudio estuvo marcado por la acusación de que el gobierno pretende beneficiar a las empresas y olvidar a los trabajadores, a quienes correspondería un papel protagónico en la recuperación.
Estos miles de millones de euros son en principio para las empresas, sin asociarlos a las contrapartes, es como dar el dinero para ver después qué pasa, precisó en declaraciones al canal France 2 el secretario general de la Confederación General del Trabajo, Philippe Martinez.
De acuerdo con el dirigente de uno de los dos principales sindicatos del país, los recursos son necesarios para la recuperación, pero deberían condicionarse a la protección del empleo, la creación de mejores condiciones de trabajo y el impulso a los salarios.
Tal postura fue compartida por el líder de Fuerza Obrera, Yves Veyrier.
Los franceses tienen ante ellos un plan y dos posiciones diametralmente opuestas, una que lo presenta como la solución a sus problemas y otra que lo considera una estrategia favorable para el poder económico; el tiempo dirá.
(Con información de prensa Latina)