Crecen las protestas contra Estados Unidos en Irak
El domingo, un cohete se abatió sobre una cafetería de la embajada a la hora de la cena, y otros dos cayeron cerca, dice fuente de seguridad
Tres cohetes impactaron este domingo, por primera vez, en la embajada de Estados Unidos en Bagdad, mientras en todo Irak miles de manifestantes antigubernamentales desafiaban a las fuerzas de seguridad, que abrieron fuego, causando dos muertos.
En las últimas semanas la embajada de Estados Unidos, situada en la ultra segura Zona Verde de Bagdad, y las bases iraquíes que albergan a soldados estadounidenses fueron blanco de ataques.
Ninguno de ellos ha sido reivindicado, pero Washington acusa a las milicias proiraníes.
El domingo un cohete se abatió sobre una cafetería de la embajada a la hora de la cena, y otros dos cayeron cerca, declaró a la AFP una fuente de los servicios de seguridad.
Al menos una persona resultó herida en el ataque, informó a la AFP un alto cargo iraquí que pidió el anonimato. Por el momento se desconoce si la víctima es estadounidense o un trabajador iraquí.
El primer ministro iraquí, Adel Abdel Mahdi, lo calificó de «agresión» que podría «transformar Irak en una zona de guerra».
En Washington, el departamento de Estado instó a Irak a «proteger las instalaciones diplomáticas» estadounidenses.
A finales de diciembre, un subcontratista estadounidense murió en un ataque con cohete contra una base que albergaba a soldados estadounidenses en el norte de Irak.
En represalia Washington llevó a cabo ataques aéreos el 29 de diciembre contra varias bases de las brigadas de Hezbolá, un grupo armado chiita iraquí miembro de las Fuerzas de Movilización Popular o Hashd Al Shaabi, una coalición paramilitar proiraní que forma parte de las fuerzas de seguridad de Irak.
Al menos 25 combatientes de las brigadas de Hezbolá murieron en los ataques y el 31 de diciembre miles de partidarios suyos atacaron la embajada estadounidense.
Unos 5.200 soldados estadounidenses están desplegados en Irak para liderar la coalición contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI). El resentimiento contra Estados Unidos en el país se avivó después de la muerte del general iraní Qasem Soleimani y su lugarteniente iraquí Abu Mehdi al Muhandis, en el ataque de un dron estadounidense en Bagdad el 3 de enero.
El viernes, el poderoso líder chiita Moqtada Sadr organizó una manifestación en Bagdad para exigir la partida de las tropas estadounidenses.
Hasta ese día Sadr apoyó el movimiento de protesta que reclama reformas políticas de gran calado desde el 1 de octubre. Pero el viernes por la noche anunció que le retiraba su apoyo, lo que aumentó el temor de muchos manifestantes de que el poder fuese a reprimir el movimiento.
«¡Solo por ti, Irak! «
El domingo, miles de estudiantes determinados, haciendo la V de la victoria y ondeando la bandera iraquí, invadieron nuevamente las calles y plazas de Bagdad y varias ciudades del sur del país.
En la ciudad santa de Kerbala, un manifestante había escrito: «¡Solo por ti, Irak!», en una pancarta en referencia a la negativa del movimiento de someterse a los intereses de partidos políticos o de potencias extranjeras.
En Nasiriya, otra ciudad del sur, las fuerzas de seguridad dispararon balas para dispersar a los manifestantes. Uno de ellos murió y varias decenas resultaron heridos, según una fuente médica.
El sábado, cuatro manifestantes resultaron muertos en Bagdad y en el sur.
En Bagdad, las fuerzas de seguridad volvieron a abrir fuego este domingo para dispersar pequeñas manifestaciones en las plazas de Khallani y Wathba, cerca de la plaza Tahrir, el epicentro de la protesta, según una fuente policial.
Los manifestantes lanzaron piedras o cócteles molotov a la policía antidisturbios.
Un manifestante murió por bala en la capital, según una fuente médica. Al menos otros 17 resultaron heridos, seis de ellos por bala, dijo una fuente policial.
«Indigno»
En Basora, en el extremo sur del país, cientos de estudiantes protestaron contra el desmantelamiento de su campamento por parte de las fuerzas antidisturbios la víspera, según un corresponsal de la AFP.
Desde el 1 de octubre, este movimiento sin precedentes se ha visto salpicado de actos violentos que causaron al menos 470 muertos, en su mayoría manifestantes, según fuentes médicas y policiales.
Inicialmente denunciaba la falta de empleos y servicios y la corrupción endémica, pero ahora pide elecciones anticipadas y un primer ministro independiente.
En diciembre, el parlamento aprobó una nueva ley electoral y, bajo la presión de la calle, el primer ministro Adel Abdel Mahdi dimitió.
Pero sigue a cargo de los asuntos corrientes porque los partidos políticos no logran ponerse de acuerdo sobre un sucesor.
El sábado la representante de la ONU en Irak, Jeanine Hennis-Plasschaert, denunció este estancamiento, diciendo que la actual «indecisión» es «indigna de las esperanzas expresadas con valentía por los iraquíes durante cuatro meses».
(Con información de AFP)