Cientos de miles de catalanes marchan por independencia
Los simpatizantes de la salida de la región española pidieron «Amnistía» para los presos en medio de un mar de banderas y pancartas
Cientos de miles de independentistas catalanes se manifestaron este sábado en Barcelona, en una jornada que culminó con choques entre manifestantes y la policía, una semana después de los fuertes disturbios ocurridos tras las condenas de prisión a nueve líderes separatistas.
Al grito de «libertad» -lema de la manifestación- e «independencia», 350 mil personas, según la policía de Barcelona, desbordaron la calle Marina cerca del Parlamento catalán.
Convocados por las influyentes asociaciones independentistas ANC y Omnium Cultural, los simpatizantes de la secesión de la región española marcharon bajo un mar de banderas separatistas y pancartas que pedían «Amnistía» para los presos.
«Estoy aquí para reclamar la libertad de los presos políticos y exigir justicia», declaró Elena Cañigueral, una vendedora de 53 años que llevaba una bandera independentista y vestía una camiseta amarilla, color que identifica al independentismo.
Elisenda Paluzie, presidenta de la ANC, afirmó en un discurso que «seguiremos defendiendo la libertad, a más represión más movilización».
«La violencia la condeno, no va conmigo, pero es normal que en las manifestaciones haya un poco de revuelta, lo vemos en otros países, en Chile, Ecuador», dijo Marc, un técnico informático de 26 años, que no quiso dar su apellido por «la situación».
Se trató de la primera gran manifestación en Barcelona desde los disturbios de la semana pasada, con fuertes choques entre independentistas radicales y policías, a raíz de las condenas a nueve dirigentes separatistas de hasta 13 años de cárcel por su papel en la tentativa de secesión de 2017.
Choques
El ambiente pacífico de esa marcha, y conformada por familias y personas de mayor edad, contrastó con otra convocada por los Comités de Defensa de la República (CDR) para repudiar la «represión policial» frente a la jefatura de la Policía nacional en la capital catalana, y que terminó en altercados, constató un periodista de la AFP.
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes y muchos de ellos con el rostro tapado, coreaban «hijos de Franco», en referencia al dictador español que dirigió España entre 1939 y 1975, y «fuera las fuerzas de ocupación». Durante horas lanzaron objetos como botellas, latas y petardos hacia la policía parapetada tras escudos y furgones.
Guillem, un manifestante de 18 años que declinó dar su apellido, apuntó que la protesta es «pacífica» pero que «si nos atacan, nos defendemos».
Los antidisturbios se mostraron pasivos durante un buen rato, pero luego respondieron con porrazos y balas de foam para desalojar a los manifestantes de la zona, en choques que dejaron varios heridos y detenidos, según observó un periodista de la AFP.
A pesar de la tensión, las escaramuzas no fueron comparables con la violencia y las escenas de guerrilla urbana de la semana pasada, que dejaron 600 heridos, poco menos de la mitad policías, y 200 detenidos.
El lunes 14, cuando el Tribunal Supremo divulgó su sentencia, miles de personas bloquearon el aeropuerto del Prat, generando altercados, y entre el martes y el viernes Barcelona y otras ciudades catalanas se tiñeron de violencia.
Los antiseparatistas mostrarán fuerza
En esta región de 7,5 millones de habitantes fuertemente divididos ante la independencia, los antiseparatistas también quieren ser escuchados, por lo que se manifestarán por la unión de España el domingo en la capital catalana.
Respaldada por los principales partidos no separatistas, la marcha por el paseo de Gracia fue organizada por la asociación Sociedad Civil Catalana (SCC), que ya lideró dos manifestaciones masivas en el fragor del intento de secesión de 2017.
La protesta busca «decir basta a la violencia que hemos vivido y a la confrontación» que promueve el gobierno independentista catalán, explicó a la AFP el presidente de SCC, Fernando Sánchez Costa.
A esta marcha se unirán miembros del gobierno español (socialista), como el ministro de Exteriores, el catalán Josep Borrell y líderes de la derecha y la centroderecha, quienes exigen que el Ejecutivo implemente medidas excepcionales ante la violencia en Cataluña.
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, las descarta por ahora, a dos semanas de las legislativas del 10 de noviembre, con el asunto catalán como uno de los temas centrales de la campaña.
Llegado al poder en junio de 2018 gracias a una moción de censura apoyada por los independentistas contra el presidente conservador Mariano Rajoy, Sánchez ha hecho oídos sordos a los llamados del presidente regional catalán, el independentista Quim Torra, a una «negociación sin condiciones» para solventar el conflicto.
«Lo que no vamos a hablar es del derecho a la autodeterminación que no existe, ni en esta democracia ni en ninguna», contestó el sábado la vicepresidenta española, Carmen Calvo.
(Con información de AFP)