China y Rusia van aliados contra Donald Trump

La relación económica entre estos inmensos países vecinos no ha dejado de progresar en los últimos años ante el deterioro occidental

El presidente chino, Xi Jinping, fue recibido este viernes con todos los honores en el principal foro ruso de los negocios, donde los dos países exhiben sus estrechas relaciones económicas frente a Washington.

El presidente chino, que llegó el miércoles a Rusia, ya tuvo un recibimiento fastuoso en el Kremlin, donde calificó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, de «mejor amigo», antes de acompañarlo al zoo de Moscú para visitar a dos pandas prestados por China.

Xi Jinping hablará, junto a Putin y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en la sesión plenaria del foro económico de San Petersburgo, en el noroeste de Rusia.

«El foro en 2019 ilustra claramente hasta qué punto el mundo se ha vuelto bipolar: la misma semana, el presidente (estadounidense Donald) Trump toma el té con la reina en Londres, y el presidente Putin recibe al presidente Xi en San Petersburgo», destaca Chris Weafer, fundador de la sociedad de asesoría Macro Advisory.

La relación económica entre estos dos inmensos países vecinos –muy desequilibrada en favor de China– no ha dejado de progresar en los últimos años, a medida que se degradaban las relaciones entre Rusia y los occidentales, en especial con Estados Unidos.

El acercamiento entre Moscú y Pekín –que cumplen 70 años de relaciones diplomáticas– se ha reforzado tras las medidas tomadas por Estados Unidos contra los dos países, bajo forma de sanciones o de guerra comercial.

Comercio récord

La UE sigue siendo el primer inversor en Rusia, por delante de Estados Unidos y China. Pero en plenas tensiones entre Rusa y Occidente, los intercambios comerciales entre Moscú y Pekín aumentaron un 25% en 2018, para llegar a una cifra récord de 100.000 millones de dólares, según el Kremlin.

Rusia tiene gran necesidad de atraer inversiones, como lo recordó el jueves Putin, sobre todo en un contexto de ralentización económica a principios de año y una pérdida de popularidad del presidente ruso.

Al principio de su cuarto mandato, el año pasado, Putin anunció ambiciosos «proyectos nacionales» de varios centenares de miles de millones de euros, que es necesario financiar, y ello en un clima de negocios complicado.

El miércoles en el Kremlin se firmaron varios acuerdos comerciales, en particular uno muy simbólico en el que se encarga al gigante chino de telecomunicaciones Huawei –acusado de espionaje por Estados Unidos– el desarrollo de la 5G en Rusia con el operador local MTS.

«China tarda en abrir el grifo de las inversiones. Quiere sentirse segura a largo plazo, no quiere precipitarse», destaca Charles Robertson, jefe economista de Renaissance Capital.

Este experto espera sin embargo «grandes inversiones chinas en Rusia» en los próximos años, especialmente en el marco de las nuevas Rutas de la Seda, el gigantesco proyecto de Pekín.

Entre los grandes proyectos que vinculan a Moscú y Pekín figura el gasoducto Power of Siberia, gracias a una alianza de los gigantes ruso Gazprom y chino CNPC, y que permitirá entregar gas ruso a China desde noviembre de 2019.

CNPC y el Silk Road Fund poseen 29,9% (contra 20% para la francesa Total) del proyecto de gas natural líquido Yamal LNG, del ruso Novatek, en la Siberia ártica.

Sin embargo «las asimetrías (entre los dos países) están presentes en todos los ámbitos, pero son particularmente visibles en el económico» matiza un informe publicado en mayo de 2019 por el Instituto de estudios políticos internacionales ISPI de Milan.

«El PIB de Rusia no es mayor que el de la provincia (china) de Guangdong, y sus gastos de defensa son una tercera parte de los de China», según este documento. «No es difícil saber quien domina en esta relación».

(Con información de AFP)

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