Caos, violencia y desafío al gobierno de Hong Kong
«Las acciones brutales de los manifestantes hicieron que Hong Kong tuviera una noche oscura y que amaneciera semiparalizada”, indicó Lam
Hong Kong amaneció este sábado semiparalizado, sin servicio de metro y con decenas de comercios cerrados, tras una noche de intensas protestas y enfrentamientos entre manifestantes prodemocracia y la policía, condenados por la jefa del ejecutivo, Carrie Lam, quien aseguró que la población está «asustada».
«Las acciones brutales de los manifestantes hicieron que Hong Kong tuviera una noche oscura y que amaneciera semiparalizada este sábado», dijo Lam en un mensaje de video. «Todo el mundo está preocupado e incluso asustado», agregó Lam.
Estas nuevas manifestaciones son la respuesta de la población a la prohibición de uso de máscaras decretada el viernes por el gobierno, amparándose en una antigua ley, que data de 1922 y que no se usaba desde hacía 50 años.
El gobierno intenta así disuadir a los manifestantes más violentos, que actúan con el rostro cubierto en estos cuatro meses de protestas, pero parece haber logrado el efecto contrario.
Desde el viernes por la noche, miles de manifestantes salieron a las calles y algunos de ellos saquearon estaciones de metro y comercios considerados prochinos.
Nuevas manifestaciones
«Los actos cometidos por alborotadores enmascarados son alarmantes», consideró Lam.
«El gobierno no nos escucha, entonces vamos más allá en nuestra protesta», explicaba, a modo de respuesta, Nathalie, una manifestante de 32 años.
El sábado por tarde, centenares de manifestantes estaban de nuevo en las calles de Hong Kong, con el rostro cubierto con máscaras y desafiando otra vez la prohibición del gobierno.
En las últimas horas, un policía disparó cuando su vehículo se vio rodeado por la multitud y un cóctel Molotov explotó cerca, explicaron testigos. La policía argumentó que el agente actuó en defensa propia.
En el mismo vecindario, un chico de 14 años resultó herido de bala, informó el diario South China Morning Post citando a fuentes médicas y sin vincular los dos hechos.
Tras el saqueo de varias estaciones de metro, la empresa pública de transporte MTR anunció que la circulación quedaba suspendida.
Algunos centros comerciales y supermercados también estaban cerrados, al igual que los bancos, en cuyas fachadas aparecieron grafitis reivindicativos.
La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michele Bachelet, se dijo este sábado «preocupada por los altos niveles de violencia en algunas manifestaciones».
«Condeno la violencia venga del lado que venga (…) El derecho a la reunión pacífica debe de ser respetado sin restricciones pero por otra parte tampoco podemos aceptar que haya gente enmascarada generando violencia», dijo a la prensa, desde Malasia.
La excolonia británica y ahora región semiautónoma atraviesa desde junio la peor crisis política desde que fue devuelta a China en 1997. Hay protestas casi a diario y los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad son cada vez más violentos.
Evitar el «caos»
Carrie Lam explicó el viernes que la prohibición de las máscaras en las protestas, que se puede castigar hasta con un año de cárcel, no significa que se haya decretado el estado de emergencia en el territorio.
Las autoridades de Pekín dieron su apoyo a la medida decretada por Hong Kong y consideraron que era «extremadamente necesaria» porque «el actual caos en Hong Kong no puede durar indefinidamente», declaró el portavoz del gobierno chino para Macao y Hong Kong, Yang Guang.
Para no ser identificados y evitar problemas con la justicia, los manifestantes salen a la calle con el rostro cubierto. Algunos llevan cascos, gafas de protección o máscaras de gas para protegerse de los gases lacrimógenos y proyectiles de la policía.
El martes, la ciudad vivió su jornada más violenta desde junio, coincidiendo con el 70º aniversario de la instauración del régimen comunista en China, y por primera vez, un manifestante fue herido de bala.
Desde entonces, políticos pro-Pekín y sindicatos de la policía reclamaban al ejecutivo que recurriera a las disposiciones previstas para casos de emergencia.
La ley de 1922 autoriza al ejecutivo a tomar «cualquier medida» sin necesitar el permiso del cuerpo legislativo si se produce una situación de emergencia o si existe un peligro para la población.
Para Joshua Wong, uno de los líderes de estas protestas, el hecho de recurrir a esta ley muestra el «inicio del fin de (el gobierno de) Hong Kong».
(Con información de AFP)