Busca Netanyahu desviar crisis política interna hacia palestinos
Protesta Liga Árabe por el arresto de casi 400 ciudadanos en la mezquita de Al Aqsa por parte de la policía isarelí
El Cairo, Brasil. El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, condenó un nuevo asalto de la policía israelí a la mezquita de Al Aqsa, en la zona ocupada Jerusalén Este, donde arrestó a casi 400 palestinos.
En un comunicado, el funcionario llamó a detener “la peligrosa escalada sobre el terreno en los territorios ocupados”.
Las acciones irresponsables del Gobierno israelí afectan los sentimientos religiosos de millones de musulmanes en todo el mundo, subrayó.
El ejecutivo encabezado por el primer ministro Benjamin Netanyahu debe poner fin a esas provocaciones que buscan dirigir la crisis política interna hacia el pueblo palestino, apuntó.
Aboul Gheit hizo alusión así a la ola de protestas que enfrenta Netanyahu en su país por una polémica reforma judicial, que tiene en jaque al Ejecutivo.
Varios países árabes condenaron en términos enérgicos la operación militar este miércoles, que tuvo el objetivo de desalojar a los fieles palestinos para permitir la entrada a los judíos.
Denunciamos la incursión israelí y los flagrantes ataques contra las personas, en franca violación de todas las normas y leyes internacionales, señaló en un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Egipto.
El texto advirtió que las sistemáticas operaciones en los recintos religiosos, en especial la jerosolimitana explanada de las Mezquitas, alimentan la ira del pueblo palestino, de los musulmanes y de cualquier persona honesta del mundo.
La Cancillería de Arabia Saudita criticó el asalto y expresó su “rechazo categórico a estas prácticas que socavan los esfuerzos de paz y son contrarias a los principios y normas internacionales”.
También los ministerios de Relaciones Exteriores de Jordania y Qatar exigieron el fin de las provocaciones israelíes.
La Policía israelí ejecutó esta madrugada un nuevo ataque contra la mezquita de Al Aqsa, donde desalojó por la fuerza a cientos de palestinos que celebraban una vigilia por el Ramadán.
Según la agencia oficial de noticias Wafa, los agentes dispararon gases lacrimógenos contra el edificio tras romper ventanas, lo cual provocó numerosos casos de asfixia.
La Sociedad de la Media Luna Roja Palestina en Jerusalén denunció que la Policía impidió el ingreso de los médicos para ayudar a los heridos, muchos de los cuales fueron detenidos mientras que otros resultaron golpeados.
Poco después, bajo un amplio despliegue policial numerosos judíos recorrieron la zona.
Israel ocupó la zona oriental de la metrópoli en la guerra de 1967, y desde entonces mantiene bajo su control el territorio pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
(Con información de Prensa Latina)