Argentinos en huelga contra política ultraliberal de Milei

Buenos Aires, Argentina. Las principales organizaciones sindicales de Argentina empezaron el jueves su tercera huelga general por 24 horas en todo el país contra las medidas de ajuste del gasto dispuestas por el Gobierno ultraliberal del presidente Javier Milei, paralizando servicios de trenes, aviones, puertos y escuelas públicas.

Si bien los bancos estaban cerrados, el mercado operaba normalmente, aunque con negocios reducidos por la huelga.

La Ciudad de Buenos Aires amaneció semiparalizada, con movimiento de autos y autobuses, el único medio de transporte que no adhirió a la huelga impulsada por la Confederación General del Trabajo (CGT), la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

La medida de fuerza había comenzado el miércoles con una masiva manifestación frente al Congreso, en el centro de Buenos Aires, para apoyar una protesta de pensionados, que han sido los más afectados por los recortes y que en las últimas semanas fueron víctima de fuertes represiones.

«Después de esta medida, tienen que apagar la motosierra. Se terminó, no hay espacio para más recortes», dijo Rodolfo Aguiar, Secretario General de ATE Nacional en su página web, en referencia a la herramienta usada por Milei para ilustrar el recorte del gasto público desde que asumió la presidencia en diciembre de 2023.

Los sindicatos reclaman la reincorporación de trabajadores despedidos «de manera ilegal», la reapertura de negociaciones salariales, el rechazo a la privatización de empresas públicas y un aumento de haberes para pensionados, entre otras medidas.

«Todo parado en los puertos de Rosario», dijo Guillermo Wade, gerente de la cámara portuaria privada CAPyM.

En las calles se veía menos movimiento, aunque muchos comercios estaban abiertos. Los hospitales públicos funcionaban con guardias mínimas, al igual que otras dependencias del Estado, transporte de carga ni vuelos.

Las opiniones de los argentinos respecto de la huelga general eran disímiles en Buenos Aires, donde podía verse basura acumulada por la falta de recolección de residuos.

«Al no haber ferrocarril tengo que cambiar de transporte público, pero el derecho a huelga también es un derecho de los trabajadores y que creo que tendría que haber más paro porque es insostenible la situación con este gobierno», dijo Hugo Velázquez, un empleado de 62 años mientras subía a un autobús.

Lucas Edezma, un empleado de 33 años, estaba en desacuerdo con la huelga, a la que consideró «lo peor que puede pasar, que compliquen a los trabajadores».

«Es un problema», dijo. «Hasta los hospitales están con guardia mínima. Ahora tengo que llevar a mi abuela al hospital y la verdad es que no sé cómo voy a hacer», agregó.

Milei, un excéntrico economista y expanelista de televisión, logró reducir la inflación desde que llegó al poder -si bien en febrero todavía registró un 2,4%-, y eliminar un profundo déficit fiscal, pero el brutal recorte del gasto público ha golpeado los salarios públicos y las pensiones.

«Ante un Gobierno que empobrece a trabajadores y jubilados, promueve aumentos de precios y fuga de capitales, con paritarias congeladas e intentos de privatización de Aerolíneas Argentinas e Intercargo, seguiremos construyendo la resistencia y la unidad», dijo la Asociación del Personal Aeronáutico (APA) en su cuenta de X.

Los aeropuertos estaban vacíos, con aviones parados y carteles de cancelación de vuelos, mientras algunos pasajeros se acomodaban en los asientos a la espera de novedades.

«Llamar a la aerolínea, averiguar qué onda, cuándo se van a poner otra vez los vuelos, cuándo se van a habilitar los vuelos, pero igual apoyo (a los trabajadores) si están en protesta», dijo Fabricio Adamek, un estudiante de 25 años.

(Con información de La Jornada)

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