Ante diputados españoles, multitud exige pensión digna

Madrid, España. Hartos de promesas incumplidas, primero por parte del anterior gobierno del derechista Mariano Rajoy y ahora por actual, del socialista Pedro Sánchez, un grupo de unos 300 pensionados españoles intentaron llegar hasta las puertas del Congreso de los Diputados para exigir una pensión digna y para gritar “¡basta ya de mentiras!”.

Mientras gritaban sin cesar “somos pensionistas, no terroristas”, los manifestantes intentaron “rodear el Congreso”, emulando al movimiento social que tuvo se apogeo durante los años más duros de la crisis y que hoy prácticamente ha desaparecido, pero los policías les impidieron el paso a empujones y poniendo unas vallas metálicas.

La ya conocida como la “revuelta de los pensionistas” inició el año pasado en el País Vasco, con un movimiento espontáneo de un grupo de personas afectadas por los recortes o el congelamiento de su pago mensual. Su manera de protestar fue congregarse en una plaza de Bilbao todos los lunes por la mañana. Y así lo hicieron y también de forma espontánea el movimiento empezó a crecer hasta llegar a todos los rincones del Estado español. Su momento de más intensidad fue en mayo y junio pasado, cuando colapsaron las principales ciudades del país con sus reivindicaciones.

El anterior mandatario, Mariano Rajoy, aceptó incluir en la reforma del sistema de pensiones que pretendía llevar a cabo sus principales reclamos, entre ellos y de manera destacado que su pensión aumente de forma automática al mismo ritmo que sube el precio de la vida, ligándola así a la inflación registrado en el Índice de Precios al Consumidor (IPC).

El actual mandatario Pedro Sánchez, que llegó al cargo tras una moción de censura, también se comprometió a actualizar ese contrato social, para lo que convocó al llamado Pacto de Toledo, que reúne a los empresarios, sindicatos y gobierno para fijar el modelo de las pensiones y garantizar así su viabilidad a futuro. Esos agentes sociales se reunieron precisamente hoy, pero finalmente no llegaron a un acuerdo, lo que desató el malestar de los pensionados, que decidieron aumentar la intensidad de su protesta con el cierre de la principal calle del centro de Madrid -el Paseo del Prado- e intentar cercar el Parlamento.

Los pensionados españoles ya lograron, tras sus movilizaciones, que sus ingresos se revaloricen este curso y el siguiente, pero aún no ha quedado fijada la norma que exigen para que esa actualización se haga de forma automática y puedan así tener uno ingresos mínimos que les garanticen una vida digna. Por eso espetaron a los diputados en las inmediaciones del Congreso “ladrones” y el que se ha convertido en uno de sus lemas más repetidos, “somos pensionistas, no terroristas”.

Tras cortar la calle e intentar saltarse las vallas metálicas, los agentes antidisturbios se emplearon más a fondo, haciendo retroceder a la manifestación a empujones y por la fuerza. Hasta el punto de que una de los representantes de la formación emergente de Unidos Podemos (UP) que habían acudido para apoyar a los pensionados se cayó durante la refriega. Entre los dirigentes que apoyaron la marcha se encontraba Pablo Iglesias y su anterior número dos, Íñigo Érrejon.

Ni la policía ni el gobierno español informaron de detenidos ni de heridos.

(Con información de La Jornada)

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