Alemania incapaz de frenar robos a cajeros automáticos
La primera economía de Europa atrae sin lugar a dudas a esos ladrones contemporáneos, que desdeñan las agencias bancarias
Con más de un ataque con explosivos por día contra los cajeros automáticos, Alemania es particularmente vulnerable a ese tipo de delincuencia, que es combatida con más eficacia en la mayoría de sus vecinos europeos.
En 2018, Alemania registró más de un tercio de los ataques físicos contra cajeros automáticos entre los once grandes países de Europa, cuando sus 58 mil máquinas representan solamente 16% del parque, según los datos de la asociación EAST (European Association for Secure Transactions).
En 2018, 369 cajeros automáticos fueron destruidos con explosivos en Alemania, una cifra en alza de 38% con relación a 2017 y diez veces más elevada que hace 10 años, según estadísticas de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA).
Al mismo tiempo, el conjunto de los otros 10 países del estudio, que incluye Francia y Reino Unido, declararon un total de 700 ataques en 2018, en baja de más de 15% con relación al año precedente, según los cálculos de la AFP validados por EAST.
La primera economía de Europa atrae sin lugar a dudas a esos ladrones contemporáneos, que desdeñan las agencias bancarias y se concentran en los cajeros llenos de billetes que asaltan de noche.
Billetes manchados
El método más utilizado consiste en introducir en el aparato una mezcla de gas explosivo, rara vez un explosivo sólido, y hacerlo estallar desde lejos con un detonador eléctrico o una mecha.
Para disuadir a los ladrones, que preparan los golpes con muchos meses de anticipación, según la Oficina Europea de Policía (Europol) con sede en La Haya, se necesita la colaboración de los bancos e incluso legislar.
En Holanda, un panel de bancos creó la red «Geldmaat» que apunta a disminuir la cantidad de billetes disponibles en los cajeros, para que el botín sea menos atractivo. Eso obliga a reabastecer los cajeros más a menudo.
En 2015, Francia decretó la obligación de dotar a los cajeros de un sistema para, en caso de robo, ensuciar los billetes, lo que permitió, según Europol, disminuir los ataques contra los cajeros automáticos.
En 2013, Francia registró un máximo de 304 cajeros automáticos atacados. En 2018 tan solo 58.
En Alemania se ha mejorado en los últimos años la seguridad de los cajeros automáticos, lo que permitió que en el 60% de los ataques los delincuentes no pudieran quedarse con los billetes, indicó la KBA.
Pero los ataques exitosos son rentables ya que los ladrones se apoderan de un promedio de 130 mil euros contra tan solo 17 mil 100 euros en conjunto de los países estudiados, analizó EAST.
La «Banda de los Audi»
En mayo, por ejemplo, en un ataque contra un cajero de la Commerzbank en Eschborn, cerca de Fráncfort, los delincuentes se apoderaron de 190 mil euros.
El principal sospechoso fue detenido al día siguiente al volver al lugar del crimen, pero sus cómplices siguen prófugos, indicó a la AFP Christian Hartwig, fiscal de Fráncfort.
Por su situación geográfica, Alemania atrae sobre todo a las bandas procedentes de «Holanda y Europa Central», agregó la misma fuente.
Alemania ofrece una densa red de autopistas, sin límite de velocidad, que permite a los ladrones escapar de la policía al volante de potentes automóviles.
La «Banda de los Audi», como la llama la prensa, impera en la región de Renania del Norte-Westfalia, cercana a la frontera con Holanda, la que registra más ataques contra cajeros.
La mayoría de los 128 sospechosos de ataques de cajeros automáticos detenidos en 2018 eran oriundos de Holanda, indicó la BKA.
(Con información de AFP)