No a la violencia física como estrategia electoral
Es inadmisible en una democracia la agresión a balazos contra los rivales políticos, más aún cuando dicho ataque deriva en la muerte de personas.
En el caso de Cárdenas, Tabasco, el atentado contra el edil suplente tiene como trasfondo la disputa del PRD por mantener el control del municipio mediante la estrategia de impedir la llegada de su suplente y mantener a uno de los cercanos al ex presidente municipal, quien por el momento es candidato a reelegirse en el puesto.
De sobra está mencionar la importancia que tiene conservar la administración de los recursos y programas municipales en el contexto de un proceso electoral reñido como el que se vive en toda la entidad, no solamente en esa localidad.
Corresponde al gobierno peredista del estado, a través de la Fiscalía General, investigar y sancionar a los responsable, tan pronto como sea posible, para devolver la tranquilidad a la zona, garantizando que quien deba gobernar el municipio, lo pueda hacer sin la amenaza de las armas contra su vida o la de sus familiares.
En el caso de las presuntas persecuciones contra candidatos de la coalición Por Tabasco al frente, incluidos disparos al aire, igualmente debe aclararse quienes fueron los agresores, para que reciban la sanción correspondiente a la ley, de otra manera, se estaría propiciando más violencia.
Se trata de evitar que las tres principales fuerzas políticas PRI, PRD y Morena, mantengan la serenidad ante la competencia política. Echarse la culpa unos a otros o realizando auto atentados, no abona nada a la democracia ni a la tranquilidad de los tabasqueños.
De nuevo, la responsabilidad recae en la Fiscalía para dilucidar a la brevedad los hechos. Es la mejor vía en este caso para no caer en la tentación de denostarse unos a otros hasta el infinito. A nadie conviene que se altere la paz social en estos momentos, ¿o sí?
