El circo de las comparecencias en el Congreso de Tabasco
A diferencia de lo que pasa en otros países (Estados Unidos de América, Reino Unido o Francia, por ejemplo) en Tabasco se reproduce lo que a nivel nacional se realiza en la mayoría de los congresos estatales y la mayoría de las veces en el Congreso de la Unión: el rito insulso de las comparecencias con motivo del V Informe de Gobierno de Arturo Núñez Jiménez.
El secretario de Gobierno tabasqueño, Gustavo Rosario Torres (no hay que olvidar que fue asesor del ex gobernador Andrés Granier), llegó a “rendir cuentas al pueblo”, pero resulta que el lugar estaba lleno de burócratas de la misma Secretaría, listos para aplaudir a su jefe.
Eso no es de extrañar, son prácticas ancestrales de los priistas (ahora dizque perredistas) pero lo indecible, lo indignante es la actitud de los diputados que con reverencia, casi con temor, se ‘atrevían’ a preguntarle cosas evidentes, triviales, insustanciales.
Si no fuera tan trágico, uno simplemente sonreiría, aunque reconoció que no ha podido solucionar el problema de la inseguridad, el secretario se limitó a decir que gracias el préstamo autorizado ya hay mayor cobertura vía radio.
Nada sobre la migración y la trata de personas salvo repartir culpas con la federación por falta de acuerdos.
Ni una pregunta sobre los funcionarios en campaña. sobre la intromisión en el proceso electoral apena le dieron pie para que Rosario Torres expresara que la Secretaría de gobierno no espía a nadie.
Fue aquello una dulzura, cual posada decembrina a pesar de estar en noviembre todavía.
Y a los ciudadanos les pasó de noche la comparecencia.
Sigan durmiendo choquitos, luego no se quejen.