Uso de dispositivos electrónicos, no antes de los 5 años
La luz natural desempeña un papel muy importante en el crecimiento de las estructuras del ojo en la niñez, y requiere al menos, dos horas al día
La falta de exposición a la luz natural, causada por el uso de dispositivos electrónicos y ahondada por los meses previos de confinamiento, agudizó en la niñez la incidencia en los errores refractivos de su visión, dijo Jessica Vargas Ortega, de la Facultad de Medicina (FM).
La luz natural, explicó, desempeña un papel muy importante en el crecimiento de las estructuras del ojo de un menor, hasta que alcanza el tamaño del de un adulto; a estas modificaciones que se presentan dentro del globo ocular se le llama emetropización.
“Entonces cuando los niños no se exponen de manera suficiente a la luz natural, el proceso de emetropización no se realiza de forma natural y comienza a haber mecanismos compensatorios, uno de estos es la miopía”, indicó.
La académica de la División de Estudios de Posgrado de la FM consideró que algunas condiciones sociales y por supuesto el uso de la tecnología, han llevado a que niñas y niños en las ciudades ya no jueguen en espacios públicos y permanezcan encerrados, lo que se ha convertido en factores que influyen en la presencia de miopía en este sector.
Bebés, jamás
La oftalmóloga pediátrica mencionó que en general todas y todos los niños, sin importar la edad, tienen que estar expuestos a la luz natural por los menos dos horas al día.
“En cuanto a la exposición a aparatos y dispositivos electrónicos, la Academia Mexicana de Oftalmología Pediátrica ha determinado que niños menores de cuatro años no deben estar frente a dichos artilugios, pensarlo para un bebé es imposible, ¡jamás!.”
Será entonces, agregó, a partir de los cinco o seis años de edad cuando ya puedan empezar a tener contacto con estos, porque además acuden a la escuela.
A partir de los seis años de edad, tendrían que estar frente al display entre una o dos horas máximo a lo largo del día; y sería hasta la edad de 15 o 16 años cuando se permita entre 4 o 5 horas por jornada. Esto, debido a que con los dispositivos de la denominada luz azul, se disminuye de manera muy importante el parpadeo.
“El parpadeo, es un fenómeno que de alguna manera nos protege la superficie del globo ocular, porque al ejecutarse se lubrica, y en cuanto estamos frente a las pantallas no parpadeamos inconscientemente, lo que causa que la lágrima no alcance a hacer su función, se empieza a romper y como consecuencia al usuario le ardan los ojos.”
La también cirujana oftalmóloga advirtió que de no formularse una promoción y prevención a esta epidemia de miopía, que ya se manifiesta con solidez, puede escalar a números más extensos.
“Aunque en México carecemos de estudios epidemiológicos y de información documentada (cifras) de lo que ocurre con nuestros niños, puedo constatar que cada vez se diagnostican miopías a edades más tempranas, en contraste con las hipermetropías y los astigmatismos que no han cambiado de incidencia.”
No sólo es la parte de que el paciente es miope y va a usar lentes, sino que la miopía trae otro tipo de consecuencias importantes que a lo largo de la vida repercutirán en la salud del paciente: habrá alteraciones en otras estructuras del ojo, con riesgo a desprendimiento de retina; un tipo particular de glaucoma, además de los gastos que implica una enfermedad no atendida e, incluso, un grado de invalidez”, describió.
Recomendación
Jessica Vargas recomendó a quienes leen esto en un dispositivo electrónico hagan lo siguiente: “según la Academia Americana de Oftalmología debe de realizarse la llamada Regla 20-20-20, la cual consiste en que tras los primeros 20 minutos que pasamos frente a la pantalla hay que dar un descanso del mismo tiempo; el segundo 20 (cuando transcurren otros 20 minutos) hacer una pausa por 20 segundos; y el tercer 20, consiste en mirar lejos, a 20 pies –como a seis metros– nada específico: el cielo, una nube, un edificio”.
Lo anterior, concluyó, permitirá que en periodos muy cortos de tiempo descansemos nuestro sistema visual y se aminoren las molestias de trabajo crónico a la exposición de pantallas.
(Con información de Gaceta UNAM)