Pensamiento y enfermedad, una relación bioquímica
La interacción entre mente y cuerpo lleva a modificaciones de órganos como el corazón o el páncreas y diversas hormonas
Hemos separado nuestra vida mental del cuerpo. Hemos llegado a pensar que ambos son entes separados y que cada cual actúa de una manera independiente. La realidad es bien distinta.
Porque el cuerpo y la mente son uno. Y cuando hablo de la mente, me refiero a lo que pensamos, a las emociones que sentimos y al diálogo que tenemos con nosotros mismos.
Todas estas cosas que ocurren en nuestra mente, nacen como impulsos eléctricos en nuestro cerebro y se traducen en mensajes químicos que viajan por nuestro cuerpo y que modifican la manera en que funcionan los diferentes órganos.
El poder de la conexión mente-cuerpo
Los humanos tenemos un gran poder mental que nos aporta cosas positivas, pero que también puede traer efectos menos deseados. Creo que todos en alguna ocasión hemos pensado que íbamos a tener dolor de cabeza y finalmente acabábamos con dolor de cabeza.
Para mí esto es el gran ejemplo de cómo podemos provocarnos problemas físicos solamente a través de lo que pensamos.
Estados anímicos de ansiedad, tristeza, depresión o estrés, tienen la capacidad de alterar la manera en que late nuestro corazón o el modo en que respiramos, lo que envía mensajes a todo el cuerpo que le indican que algo está ocurriendo y que debe mantenerse alerta.
Al igual que nuestros pensamientos pueden promover la aparición de enfermedades, también pueden promover nuestra salud. Cuando tenemos pensamientos negativos o catastróficos, llenos de desesperanza y oscuridad, sentimos el cuerpo de una manera diferente a cuando tenemos pensamientos positivos, optimistas y llenos de esperanza.
Y esto no solo son sensaciones, es la manera en que nuestro cuerpo responde a lo que pensamos y sentimos. Nuestros pensamientos y emociones están íntimamente unidos a nuestro cuerpo porque nacen en él y se distribuyen a través de él.
De modo que se produce una relación de retroalimentación profunda, donde un pensamiento se convierte en mensajes químicos y hormonales y a su vez estas señales, le indican a nuestro mundo emocional cómo nos sentimos y cómo reaccionamos.
El papel del estrés
Creo que el mejor ejemplo de la conexión mente-cuerpo, lo encontramos en la respuesta de estrés. El estrés es una respuesta física donde todo nuestro cuerpo se activa para luchar contra cierta amenaza.
Pero la interpretación de lo que es una amenaza para nosotros, proviene de nuestra mente. De este modo, para ciertas personas puede ser una gran amenaza un ascenso laboral, mientras que para otras, el ascenso es algo deseado y no reaccionan con estrés.
La clave está en cómo interpretamos eso que la vida trae hasta nosotros y también la valoración que hacemos de nuestras capacidades para afrontar esa amenaza.
Una vez que la respuesta de estrés se ha desarrollado, nuestro cuerpo comienza a funcionar de una manera diferente…
El sistema inmune se acelera y funciona de manera óptima durante un par de semanas, hasta que se agota y es incapaz de hacer frente a tal activación.
Nuestro corazón late más rápido para poder huir de lo que nos amenaza, pero pasadas unas semanas, el corazón comienza a funcionar de manera forzada.
La respiración cambia cuando estamos estresados, siendo una respiración más rápida y superficial de lo habitual.
Y si pasamos meses estresados, esta manera de respirar se convierte en la forma habitual en que respiramos, alterando el latido de nuestro corazón y otras funciones esenciales.
Lo mismo ocurre con nuestro páncreas, que reduce la producción de insulina para elevar la glucemia en sangre, pero si pasamos meses o años con ese nivel de estrés, podemos tener problemas de diabetes.
Como puedes comprobar, algo que nace de nuestra mente (la interpretación de una amenaza), altera la manera en que funciona todo nuestro cuerpo. Por eso la salud mental no solo ocurre en la mente, la salud mental también es salud física.
Recuerda que todo lo que piensas y sientes, se traduce en hormonas que se distribuyen por tu cuerpo. Por eso los pensamientos y emociones tienen mucho que decir en nuestra salud física.
Cuida tus pensamientos, regula tus emociones, date tiempo para relajarte y verás cómo toda tu vida cambia.
(Con información de noticiasensalud.com)