Medicina y matemáticas, binomio funcional

Las matemáticas son una ciencia fundamental para la medicina, especialmente en el campo de la investigación, pues ayudan a desarrollar escenarios futuros de una epidemia o a decidir el tipo de tratamiento que necesita un paciente, ejemplificó David Kershenobich, doctor Honoris Causa por la UNAM y director del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

Al ofrecer la conferencia Modelos Matemáticos en la Atención Médica, dentro del 12 Coloquio del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, el profesor de gastroenterología de la Facultad de Medicina señaló que la ciencia de los números tiene dos aplicaciones principales en medicina.

Una es la representación matemática de un determinado fenómeno de tal forma que su análisis teórico y numérico proporcione información para entender los mecanismos que la rigen; y otra es la implementación computacional para poder realizar simulaciones, dijo el exintegrante de la Junta de Gobierno de esta casa de estudios.

“Solamente 30 por ciento de los ganadores del Premio Nobel de Medicina son médicos, mientras que 70 por ciento son matemáticos, físicos y de otras áreas”, mencionó para enfatizar la importancia de la interdisciplina.

Para comprender fenómenos

Las matemáticas, sostuvo el especialista, nos permiten entender fenómenos, y tienen un interés académico (el estudio de las propiedades matemáticas del modelo y sus implicaciones) y un interés práctico (dotar de una herramienta informática que pueda predecir el comportamiento).

Entre los campos en que se aplican modelos matemáticos en su área de estudio destacó la farmacocinética, los planes de control y prevención de enfermedades, el impacto económico de las medidas sanitarias, la epidemiología y el orden y análisis de experimentos clínicos, entre otras.

Cáncer y hepatitis, dos modelos

Kershenobich explicó que utilizó un modelo matemático para estudiar la progresión del cáncer de próstata, utilizando dos variables a partir de un número determinado de células acumuladas en los pacientes.

“Les dimos los datos a los matemáticos, hicieron el programa y de este modo pudimos predecir cómo reaccionaría el enfermo”, resaltó

En otro estudio sobre hepatitis C, reveló que los médicos no sabían cómo se comportaba el virus que causa ese mal, pero pudieron aportar datos para estudiar la población susceptible y, a partir de ella, generaron dos escenarios para estudiar cómo evolucionaba la infección.

Con ayuda de los matemáticos, pudieron profundizar en muchas variables y descubrir que se desarrolla en las primeras 48 horas, lo que fue fundamental para reducir costosos tratamientos de un año a solamente 12 semanas, logrando además la cura de la hepatitis C.

“Esta enfermedad tiene muchas variables, y la única forma de predecirla fue con modelos matemáticos”, reconoció.

Sostuvo que los modelos matemáticos en aplicaciones médicas son muy importantes en investigación, pues ayudan a conocer desde cómo se comporta el virus hasta cómo se desarrollará la afección.

“También permiten tener políticas de salud adecuadas y decidir si se atiende a una población en las fases iniciales, para evitar su deterioro, o se da prioridad a los pacientes más graves para evitar su muerte.”

La modelación matemática, insistió, ayudó a predecir la duración de un brote y su prevalencia.

Finalmente, David Kershenobich recomendó que ambas áreas del conocimiento trabajen más de manera conjunta y que los médicos tengan una formación más sólida en cuanto a las ciencias exactas.

(Con información de Gaceta UNAM)

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