Males hepáticos, entre las primeras causas de muerte
Actualmente, 265 virus distintos infectan a la humanidad y más de un millón y medio aún no caracterizados podrían estar circulando, advierten
Las enfermedades del hígado constituyen un problema de salud pública en el mundo; en México se ubican dentro de las primeras cinco causas de muerte.
Las infecciones por virus, como el que ocasiona hepatitis E, constituyen una de las etiologías asociadas al deterioro de la función de dicho órgano, afirmó Nora Alma Fierro González, integrante del Departamento de Inmunología del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB).
La universitaria indicó que la circulación de virus nuevos o no caracterizados alrededor del orbe va en aumento.
Se estima que actualmente 265 distintos infectan a la humanidad y más de un millón y medio aún no caracterizados podrían estar circulando; de éstos, más de 800 mil podrían tener impacto en nuestra salud.
Hepatitis E y bilirrubina
Al hablar del virus de hepatitis E (VHE) y de la bilirrubina, Fierro González abundó que los virus son organismos altamente dinámicos y los métodos de protección con los que contamos no son del todo eficaces, “prueba de ello son los brotes recientes de influenza, zika o dengue”. Por lo tanto, es esencial caracterizar con detalle los asociados a las patologías que más afectan a nuestra población.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de una tercera parte de la población podría ser susceptible de infectarse por el VHE, mal descrito en los años 80 del siglo pasado, pero que de acuerdo con análisis evolutivos es ocasionado por un virus ancestral que ha acompañado al humano durante prácticamente toda su historia.
En el Auditorio Alfonso Escobar Izquierdo subrayó que un grupo de virus, muy diferentes entre sí y que corresponden a distintas familias virales, comparten una característica: atracción (tropismo) por las células hepáticas.
Ejemplo son los virus de la hepatitis A, B, C y E; además hay otros que, si bien no tienen tropismo por el hígado, causan alteración de la función hepática como el virus de dengue y el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
En un estudio hecho en el occidente de México, Fierro González y su equipo identificaron por primera vez en el país el genotipo 3 del VHE en humanos, que se asocia con daño hepático crónico y es transmisible entre animales y humanos.
La especialista explicó que las infecciones virales en el hígado resultan en la inflamación de los canalículos biliares impidiendo la excreción normal de la bilirrubina (subproducto metabólico de la degradación de la hemoglobina de los glóbulos rojos).
La bilirrubina se acumula en el hígado y retorna a plasma por lo que aumenta su concentración en sangre. Entonces, se presenta una coloración amarilla en la piel denominada ictericia, que es característica de hepatitis agudas.
Para definir el papel de la bilirrubina en estos padecimientos, la científica usó como modelo la infección por el virus de hepatitis A (VHA), el principal agente causal de hepatitis virales agudas en México.
A partir de estudios de pacientes infectados por este virus (modelo ex vivo) y la reproducción del proceso infeccioso en el laboratorio (modelo in vitro) el grupo de investigación identificó el papel inmunomediador de bilirrubina.
“Describimos la relación entre este metabolito y la producción de citocinas, además de la expresión de los receptores TIM-1 y TIM-3 en la superficie de las células T reguladoras que resultó en una actividad antinflamatoria más eficiente de este subtipo celular.
“Caracterizamos también, el control del grado de activación de proteínas intracelulares esenciales para la función de los linfocitos T CD4+.
“Nos hemos propuesto, además, identificar al receptor celular mediador del efecto de bilirrubina en células inmunes y dilucidar si ésta tiene función antiviral en la infección por VIH. Los resultados son prometedores”, finalizó.
(Con información de Gaceta UNAM)