Lo que comemos, vínculo de salud y bienestar personal
No hay alimentos buenos ni malos, sino porciones y hábitos a considerar, opinaron expertas en el conversatorio Mejor no, Porque Engordo
No hay alimentos buenos ni malos, sino porciones y hábitos a considerar, así como tampoco el peso ideal, ello depende de la constitución, altura y actividad física en cada individuo, todo lo que comemos realiza una acción, para bien o para mal, en nuestro organismo, consideraron expertas que participaron en el conversatorio Mejor no, Porque Engordo.
En el encuentro virtual de la Fiesta de las Ciencias y las Humanidades, Margarita Maass Moreno, académica del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, aseguró que todo lo que comemos tiene efectos, positivos o negativos, en nuestro organismo, ello no sólo tiene que ver con calidad de los alimentos que consumimos, sino con la cantidad.
Resaltó que cada vez hay más gente obesa y todo está relacionado con lo que comemos, además, es importante entender que las enfermedades crónico degenerativas, como la hipertensión arterial, son silenciosas.
Por otra parte, dijo que es recomendable que en todos los hogares haya una báscula y que los niños aprendan a pesarse y comprendan el significado de mantener un peso saludable. “Es importante generar una cultura de salud y bienestar en los hogares, la salud tiene parámetros y elementos medibles, y el bienestar es una sensación”.
Señaló que hablar de salud es mucho más que la ausencia de padecimientos, tiene que ver con la mala información que existe en Internet y en las redes sociales, la población debe ser cuidadosa con suplementos y medicamentos para bajar de peso que ahí se anuncian, incluso con la alimentación que en esas plataformas se promueven.
Por su parte, Cecilia Guadalupe Silva Gutiérrez, académica de la Facultad de Psicología, expuso que, según cifras de la OMS, cada año mueren en el mundo 2.8 millones de personas por problemas de salud asociados al sobrepeso u obesidad, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, apnea del sueño, fallos hepáticos, afecciones musculoesqueléticas, depresión, ansiedad, etcétera, lo que implica un problema de salud importante y de costos altos de atención en salud.
Asimismo, refirió, la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición, mostró que la prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos mexicanos de 20 años y más es de 72.5 por ciento (75.6 mujeres y 69.4 por ciento hombres).
Apuntó que la OMS reporta que hace 50 años era mayor la cantidad de personas con bajo peso que aquellas con obesidad, “parecía que de 1975 a la fecha las personas con obesidad se han triplicado en el mundo, y por tanto se le cataloga como una pandemia no infecciosa”, debido a que hoy consumimos una gran cantidad de alimentos ultra procesados cargados en sal, azucares y grasas, además del sedentarismo.
Comentó que el peso ideal no existe, ello depende de la constitución, altura, actividad, condición física, edad y sexo, no podemos generalizar un peso, pero tampoco hay que tratar de encajar en ningún modelo o figura, lo esencial es que me sienta contenta con el cuerpo que tengo. Lo importante es conseguir un peso saludable, “es cierto que puede estar en nuestras manos afrontar mejor nuestras emociones, sentirnos mejor con nosotros mismos y cambiar de hábitos”.
A su vez, Andrea del Carmen Hernández López, licenciada en Nutrición y Bienestar Integral por el Tecnológico de Monterrey, campus Ciudad de México, indicó que para mantener un peso saludable no es necesario hacer dietas restrictivas, esto disminuye nuestro metabolismo y, por lo tanto, gastamos menos cantidad de calorías.
Acentuó que se han satanizado los carbohidratos, pero en cada comida deben incluirse los tres grupos principales de macronutrientes, proteínas, grasas y carbohidratos, nuestra principal fuente de energía.
No existen alimentos buenos o malos, hay porciones y hábitos alimenticios, lo único que no podemos consumir son aquellos productos echados a perder o que nos causan alguna alergia o que por alguna comorbilidad hay que restringirlos, pero ninguno debe prohibirse, finalizó.
(Con información de Gaceta UNAM)