Imparable daño a la salud por alimentos chatarra
Vivimos una epidemia de sobre-peso y obesidad en México y el mundo, que lleva a otras enfermedades como la diabetes tipo 2, cáncer y padecimientos cardiovasculares. Los niños son la población más susceptible a este problema y hasta 30 por ciento de quienes ya lo tienen presenta un estado prediabético, advirtieron académicas de la UNAM.
En la conferencia de medios Bebidas Azucaradas y Comida Chatarra, un Riesgo para la Salud, Ana Lilia Rodríguez Ventura, de la Facultad de Medicina, calificó la situación como muy grave: en 2003 se calculó que para 2025 habría 333 millones de diabéticos en el planeta, pero en 2016 se alcanzó la cifra de 422 millones.
Al respecto, Marcia Hiriart, investigadora y exdirectora del Instituto de Fisiología Celular (IFC), recalcó que ella y sus colaboradores han estudiado el efecto del azúcar en la salud. “En un modelo animal hemos visto que tomar bebidas azucaradas origina el síndrome metabólico, que aumenta la probabilidad de desarrollar, especialmente, diabetes mellitus. Es muy claro que un exceso de azúcar en la dieta no es bueno para la salud”.
Myriam Velasco, también del IFC, precisó que las ratas (machos y hembras sin predisposición a desarrollar obesidad y diabetes) con un peso inicial de 250 a 280 gramos, pero con un consumo de sacarosa al 20 por ciento en el agua, y sin cambio en su dieta estándar, presentaron signos del síndrome metabólico: obesidad, hipertensión arterial, dislipidemia con aumento de triglicéridos en plasma y resistencia a la insulina, signos que aumentan la probabilidad de presentar problemas cardiovasculares y diabetes mellitus tipo 2.
La buena noticia, coincidieron, es que el sobrepeso, obesidad y prediabetes son enfermedades que pueden ser reversibles con un cambio en el estilo de vida: ejercicio y dieta sana.
Hoy en día, alertó Rodríguez Ventura, 75 por ciento de la población adulta y 35 por ciento de los niños en México tiene sobrepeso u obesidad; incluso, hay infantes de ocho y 10 años que ya tienen diabetes tipo 2, cuando antes ese padecimiento se presentaba de los 40 años en adelante.
Asimismo, explicó que se requieren 150 minutos a la semana de ejercicio para mantener el peso, y para perderlo, 300. Pero incluso quienes se ejercitan cinco horas, si están sentados más de 11 horas al día tienen riesgo de muer- te cardiovascular.
En el caso de los menores con sobrepeso u obesidad, la prediabetes puede reducirse a nueve por ciento en tres meses, tan sólo dejando de consumir productos procesados, comida chatarra y bebidas azucaradas (menos de medio litro pueden contener 17 cucharaditas del endulzante).
Beneficios de los hábitos saludables
Ana Lilia Rodríguez recomendó hábitos saludables para protegernos de la diabetes hasta en 80 por ciento: menos horas sentados y más actividad física; mayor ingesta de frutas, verduras, granos, leguminosas y cereales integrales, y nada o el mínimo de bebidas azucaradas y productos procesados, así como eliminar el tabaquismo y el alcohol.
En personas con prediabetes es dos veces más efectivo un estilo de vida saludable que el mejor fármaco. “Da una protección de 58 por ciento contra la diabetes, y el fármaco, de 31 por ciento”.
Tenemos pacientes adultos que sólo por dejar de consumir dos litros diarios de refresco, pierden cinco kilos en tres semanas. Hay que dar educación masiva y disminuir lo más posible la ingesta de productos procesados. “No debemos seguir envenenando a nuestros hijos y a nuestros cuerpos”.
Se requiere actuar a nivel individual, familiar, social y de políticas en salud. Este problema no se revertirá si no se trabaja en todos ellos. La solución es educar y concientizar a la gente, reiteró.
Etiquetado
Hiriart opinó respecto a la reciente decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de dejar el etiquetado de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas como está, que la gente tiene derecho a información clara, y la forma actual no ayuda en nada.
“La población promedio debe entender qué es lo que está comprando y decidir si lo consume y se lo da a sus hijos o no. No hay ninguna razón para impedir que sea claro”, finalizó.
(Con información de Gaceta UNAM)