Fusión cognitiva, un riesgo en la identidad yo-realidad
Creemos lo que dice la mente pero olvidamos que la mente solo crea interpretaciones de la realidad, pero NO son la realidad
En psicología, hablamos de “fusión cognitiva” para referirnos a la tendencia a creer de manera literal, el contenido de nuestro pensamiento y de nuestras emociones. Para que comprendas mejor este término, la fusión cognitiva es… “Soy lo que pienso”.
De esta manera, si mi mente me dice “eres una inútil y nunca logras nada de lo que te propones”, creo realmente que soy una inútil, aunque haya pruebas más que suficientes de que cuando me propongo algo, lo consigo.
Este proceso de fusión nos limita mucho, porque terminamos creyéndonos todo lo que nos dice la mente. Y nos olvidamos de que la mente solo crea interpretaciones de la realidad, pero NO son la realidad.
Pensamientos = YO
Si tuviéramos que resumir la fusión cognitiva es una fórmula, sería esta: Pensamientos = yo.
Y cuando hacemos esto, estamos tomando un atajo mental para simplificar nuestro mundo y comprenderlo de manera más sencilla. Pero los atajos pocas veces representan la verdad.
Otra fórmula asociada en la fusión cognitiva, sería: Pensamientos = realidad.
Es decir, que la realidad es la que nos muestra la mente y nos creemos ésta al 100%.
La solución para no quedarnos atrapados en estas fórmulas limitantes, es distanciarnos emocionalmente de lo que nos muestra la mente.
Una buena manera de comenzar este proceso, es que la siguiente vez que tu mente te diga cosas negativas o que te hacen daño, pienses en algo como…
- “Este pensamiento no es la realidad”.
- “Este pensamiento es solo una interpretación de la realidad, NO es la realidad”.
- “Yo no soy mis pensamientos ni emociones”.
- “Mis pensamientos y emociones son contenidos de mi mente”.
Junto a todo esto, te recomiendo que respires de manera consciente y con calma. Conectando con tu cuerpo a través de la respiración. De esta manera, te distanciarás de tu mente y emociones.
La fusión cognitiva es un recurso de nuestra mente y cerebro para simplificar las cosas y hacer un procesamiento rápido de lo que ocurre a nuestro alrededor. Pero la vida es mucho más que atajos y cerebro.
Liberarte de esta fusión cognitiva
Podemos liberarnos de la fusión cognitiva, esa es la buena noticia. En el ámbito de la atención plena y el budismo, nos indican que nosotros no somos lo que pensamos ni lo que sentimos.
Nosotros somos la conciencia que observa todo. Y en este ámbito, podemos hablar del desarrollo de la “Conciencia Testigo”.
Este término nos ayuda a comprender que yo no soy mis pensamientos ni emociones porque puedo observarlos. Y todo lo que puedo observar no soy yo.
El “yo” es solo una proyección de la mente, pero en nuestra vida cotidiana, tendemos a identificarnos con este “yo” que en realidad se identifica con los pensamientos, emociones, creencias, con el cuerpo y ciertas características de personalidad. Pero el “yo” no existe más allá de la mente.
Lo que realmente somos, no puede ser observado, porque el observador último no puede ser observado. Por eso podemos llegar a saber que todo aquello que podemos observar o sentir, no somos nosotros. Por eso no somos la mente con sus pensamientos y emociones y tampoco somos el cuerpo.
En lugar de creerte todo lo que piensas, comienza a observar los pensamientos como las nubes en el cielo. Tu mente es el cielo azul y las nubes son pensamientos y emociones.
De esta manera, comenzarás a distanciarte de tu mente y se irá reduciendo tu fusión cognitiva. Podemos contactar con esta conciencia testigo o con el observador que en realidad somos, a través de la meditación.
(Con información de noticiasensalud.com)