Entorno, calidad de vida y el trastorno bipolar

Hay una menor regulación de los lóbulos frontales y prefrontales, y la conducta queda totalmente alterada

El que una persona pueda tener cierta predisposición genética al Trastorno Bipolar (TB), no significa que ya nazca con éste, para su desarrollo lo complementan el entorno, la calidad de vida y eventos traumáticos, entre otros factores, consideró Hugo Sánchez Castillo, investigador del Laboratorio de Neuropsicofarmacología y Estimación Temporal de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM.
Los pacientes con diversos padecimientos como depresión mayor, algún trastorno de tipo psicótico o de TB, comparten algunas sintomatologías y alteraciones, esto significa que tienen elementos similares, pero, ¿qué lleva a unos y otros a ciertas condiciones?: el contexto, el ambiente, la vida cotidiana, precisó.

“Bajo esa perspectiva es importante tener claridad que si hay un evento altamente traumático, se debe acudir con los profesionales de la salud para ser tratados y evitar alguna consecuencia que a largo plazo pueda ser altamente incapacitante”, alertó al hablar en ocasión del Día Mundial del Trastorno Bipolar, que se conmemoró ayer, 30 de marzo.

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), el TB se caracteriza por episodios alternativos de manía y depresión, aunque en muchos pacientes predomina uno sobre el otro.

Para Sánchez Castillo es una cuestión mucho más compleja, no sólo es el cambio abrupto de carácter sino un trastorno donde hay una menor regulación de los lóbulos frontales y prefrontales, y la conducta queda totalmente alterada, “lo que afecta a varios ámbitos de la vida, dado que la medicación no es muy sencilla para este tipo de pacientes”.

Indicó que el TB en general es una condición en la cual una persona mantiene cambios positivos y negativos, es decir, va hacia estados emocionales como ira, felicidad, ansiedad y después transita hacia otros como la depresión y sensaciones de muerte, entre otros.

“El litio, como medicamento, se administra constantemente a los pacientes, además de algún inhibidor selectivo en la recaptura de serotonina. Básicamente se les informa que es un trastorno con el que van a vivir debido a que no se puede curar, pero sí se puede controlar con tratamiento farmacológico, psicológico y acompañamiento terapéutico”, resaltó.

Uno de cada 150 adultos
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 40 millones de personas (uno de cada 150 adultos, es decir, el 0.53 % de la población mundial) tenían un trastorno bipolar en 2019. Actualmente, se estima una prevalencia de entre 2 y 3 % en la población del planeta.

En el ámbito global, esta afección se observa sobre todo en personas en edad laboral, pero también en otras más jóvenes. Aunque su prevalencia es aproximadamente la misma en los varones que en las mujeres, los datos indican que se diagnostica menos en ellas.

Datos de la Secretaría de Salud del gobierno de México estiman que hasta 2024, tres millones de personas padecían esta enfermedad y sólo 50 % contaba con un diagnóstico.

El Día Mundial del Trastorno Bipolar se conmemora con el objetivo de generar conciencia sobre este padecimiento y con el fin de eliminar el estigma social. Esta fecha fue establecida cada 30 de marzo, debido a que este día se recuerda el nacimiento del pintor Vincent Van Gogh (1853-1890), quien fue diagnosticado con esta condición.

(Con información de Gaceta UNAM)

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