En México, sólo 9% de quien tiene diabetes lo sabe
La diabetes es la segunda causa de enfermedades crónicas en menores y su aumento ha sido abrumador, señala especialista
En nuestro país, la segunda causa de muerte es la diabetes, sólo después de las enfermedades cardiovasculares: 13 por ciento de los mexicanos tiene ese mal, pero sólo nueve por ciento de quienes lo padecen lo sabe y el resto, la enorme mayoría (87 por ciento), se entera de forma muy tardía.
Además, sólo tres de cada 10 (37 por ciento) personas que viven con diabetes están bien controladas.
Para evitar problemas cardiovasculares es importante controlar la presión arterial y los lípidos, pero sólo siete por ciento de los adultos con el padecimiento lo logra. De ahí que los esfuerzos deben orientarse a la prevención de la enfermedad, expusieron expertas de la Facultad de Medicina.
En la conferencia de medios a distancia A 100 Años del Descubrimiento de la Insulina, Ana Lilia Rodríguez Ventura, pediatra endocrinóloga y profesora de embriología humana, dijo que en 2003 en el mundo había 194 millones de personas diabéticas, y alertó que en 2025 la cifra se incrementará a 333 millones. Cabe mencionar que en 2016 ya hubo un pico de 422 millones.
La diabetes, explicó la profesora, es un mal crónico en el cual se elevan las concentraciones de glucosa por arriba de lo normal, y tiene diferentes clasificaciones.
La tipo 1 es una enfermedad autoinmune, es decir, se presenta cuando el sistema inmunológico ataca a la célula beta del páncreas encargada de producir la insulina, que a su vez permite que la glucosa entre a los músculos.
Se trata del cinco por ciento del total de casos, y los niños son la población más afectada, por lo que requieren inyecciones de insulina para su tratamiento.
La mayoría de los casos de diabetes (entre 90 y 95 por ciento) son del tipo 2.
Aquí se registra una pérdida progresiva de secreción de insulina en el páncreas, o resistencia a la insulina (la que se produce no trabaja del todo bien); los pacientes también pueden requerir de ese tratamiento, de inyecciones.
A esas se suma la diabetes gestacional, propia del embarazo, y las llamadas específicas, que se generan por problemas puntuales como mutaciones o daño del páncreas producido por pancreatitis, accidentes o traumatismos.
Posibilidad de vivir
Ana Lilia Rodríguez recordó que en el pasado, antes del descubrimiento de la insulina, las personas se morían cuando tenían diabetes tipo 1, pero, gracias al hallazgo de ese tratamiento, hoy en día ellas pueden vivir muchos años, hasta 70 u 80.
Explicó que la insulina es el anabólico por excelencia: su tarea es permitir que la glucosa que obtenemos de nuestros alimentos entre en el músculo, que es el principal órgano que requiere degradar esa azúcar que se encuentra en la sangre.
También le da la información al hígado para que almacene energía. Si hay falla en la producción o la acción de la insulina, el hígado “no se entera” que la persona ya tiene suficiente glucosa y la genera, o bien, ésta última no penetra en las células musculares para que pueda ser degradada.
La experta advirtió que el caso de los niños es preocupante. La diabetes es la segunda causa de enfermedades crónicas en menores y su aumento ha sido abrumador.
Aunque normalmente los menores no deberían tener el tipo 2, ya se presenta en chicos de ocho o 10 años. Antes de la década de 1990, de todos los casos de diabetes sólo dos por ciento correspondían a ese tipo, y ahora ese porcentaje ha aumentado entre ocho y 45 por ciento en diferentes regiones del mundo.
En México, según la Sociedad Mexicana de Endocrinología Pediátrica, 25 por ciento de los menores registrados en instituciones padecen la diabetes tipo 2, a pesar de que es prevenible. Eso es preocupante ya que en dos años de evolución del mal, la mitad de ellos puede requerir insulina.
De lo anterior se desprende la importancia de que quien tiene factores de riesgo para desarrollar diabetes, se revise. “Entre más oportunamente sean detectados los estados prediabéticos o el padecimiento, mejor evolución tendrán los pacientes”, concluyó Ana Lilia Rodríguez Ventura.
Historia del desarrollo
En tanto, María del Carmen Jiménez Martínez, coordinadora de maestría y doctorado en Farmacología Clínica, describió el proceso por el cual se llegó al descubrimiento de la insulina, y por el cual Frederick Banting y John Macleod recibieron el Premio Nobel de Medicina en 1923, solamente un año después de que se comenzó a producir el medicamento y a aplicar en pacientes. Se trata del reconocimiento que más rápidamente se ha dado y Banting es el científico más joven que ha recibido esa distinción.
Con el paso del tiempo se dio un cambio tecnológico que permitió contar con insulina biosintética y, gracias a ello, se generó la producción de distintos tipos de insulinas.
Actualmente, se cuenta con insulinas análogas rápidas, como las llamadas Lispro, Glulisina y Aspart, y las de acción más tardía o duradera, como la Glargina, Detemir y Degludec, las cuales tienen diferentes tiempos de absorción y acción, e incluso, costos.
Finalmente, refirió que en el futuro de las insulinas, resultado de la salud digital, se pretende un control de manera personalizada y permanente de los niveles de glucemia (presencia de azúcar en la sangre), y por lo tanto, de la liberación de esa sustancia para cada uno de los pacientes.
(Con información de Gaceta UNAM)