¿El dolor puede considerarse como enfermedad per se?
La incapacidad de comunicación , no niega la posibilidad de que una persona tenga dolor y requiera tratamiento adecuado
En España, aproximadamente unas 17.5 millones de personas conviven con el dolor y un porcentaje importante asegura que les ha causado limitaciones en su vida diaria.
Normalmente, el dolor es uno de los síntomas de una enfermedad, pero, ¿se podría considerar el dolor crónico como una enfermedad en sí mismo?
Antes de entrar en detalle, es importante tener una definición de lo que es el dolor. El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con un daño tisular real o potencial, puede ser agudo o crónico, es subjetivo y cada individuo aprende su significado a través de experiencias relacionadas con lesiones en la vida temprana.
Por lo tanto, la incapacidad de comunicación verbal, no niega la posibilidad de que una persona esté experimentando dolor y necesite un tratamiento adecuado.
Te diría que alrededor de 8 millones de españoles lo padecen, del 17 al 20% de la población, y que cada 4 de 10 personas están sufriendo las consecuencias del padecimiento, de tal forma, que los incapacita para el desenvolvimiento en su vida diaria.
En este sentido, el dolor se puede considerar como una enfermedad en sí y, por lo tanto, su tratamiento es un derecho.
¿Hay algún perfil que tenga más riesgo de sufrir dolor crónico?
Sí, el dolor crónico lo padecen más las mujeres que los hombres, considerando, que en la actualidad, un 73% de las mujeres españolas ha perdido calidad de vida a causa del dolor crónico.
En su opinión, ¿se podría prevenir este tipo de dolor? ¿Qué consejos recomienda?
El dolor se puede prevenir si se trata a tiempo y de forma adecuada desde su inicio, dependiendo del factor desencadenante.
Tanto la lumbalgia, cervicalgia, el dolor neuropático, neuralgia, neurítis y el dolor músculo-esquelético, que podrían provocar disestesia, alodinia, causalgia, hiperalgesia e hiperestesia, se pueden prevenir considerando su punto de origen.
He de mencionar que, en la actualidad, se realizan más de 300 millones de cirugías en el mundo en el período de un año, y que, la mayoría, generan dolor agudo que si no se resuelve de forma adecuada, se convierte en dolor crónico.
La condición general de un paciente, que abarca desde su embriología y desarrollo del Sistema Nervioso Central, vías pre y post-sinápticas, hasta el desarrollo completo y estilo de vida, son factores a tomar en cuenta.
Como es un mal invisible que nos compromete a todos, debemos evitar la vida sedentaria, la obesidad, la mala postura, y hacernos un chequeo médico rutinario cada año, para poder tratar a tiempo cualquier tipo de patología.
¿Hay algún momento en el que, en la evolución a dolor crónico, se produce algún punto de no retorno?
En el dolor crónico, a diferencia del dolor agudo, a partir del tercer o quinto mes se considera dolor crónico. Por tanto, dependiendo de su etiología y forma de tratamiento interdisciplinario adecuado, si se trata antes de este tiempo, existe la posibilidad de una curación temprana. De suceder lo contrario, tendríamos recaídas cada tres o cuatro meses que ameritan un tratamiento prolongado.
A la hora del tratamiento, el más común es el farmacológico, pero, ¿Se podrían utilizar terapias alternativas como complemento? ¿Cuáles?
Se pueden utilizar terapias alternativas como la acupuntura, la ozonoterapia, hipnosis, quiropráctica, yoga, biorretro-alimentación y masaje corporal.
Actualmente, vivimos una situación muy complicada, provocada por el nuevo coronavirus. ¿Cómo ha afectado la Covid-19 a los pacientes que padecen dolor crónico?
Evidentemente, la pandemia del coronavirus ha empeorado la condición de estos pacientes y de sus familiares.
Considero que el paciente que padece de dolor crónico ha tenido que enfrentarse a una doble pandemia, por las características comunes entre ambos, como son: su expansión a nivel global sin importar la condición económica, ideología política-religiosa, raza, sexo, edad, clima, ni ubicación geográfica y el tratamiento farmacológico que ameritan en común.
Tanto el dolor crónico como la pandemia del coronavirus han dejado consecuencias devastadoras, a tal punto que ameritan ser tratadas a través de coaliciones dentro de sus correspondientes modalidades.
Se necesita la cooperación de todos a nivel mundial para poder solventar la crisis a todos los niveles, ocasionada por ambos.
El dolor tiene la capacidad de menguar la economía en una nación, debido a las bajas laborales que genera cada semana, mes o año, por lo que nos urge el potencializar las consultas a nivel de la Sanidad Pública y Privada, con la finalidad de aportar calidad de vida en quiénes lo padecen. No olvidemos que alrededor del mundo, por esta causa muchos han elegido la salida a través del suicidio.
Es evidente que, como consecuencia del padecimiento del coronavirus, aumentarán el número de paciente con dolor crónico, debido a las complicaciones neurológicas provocadas por el edema en los órganos vitales, secundario a la tormenta de citoquinas.
¿Considera que los pacientes de dolor crónico deberían recibir también tratamiento psicológico?
Sí, es esencial un tratamiento multimodal proporcionado por un equipo multidisciplinario que colabore en la evaluación y el tratamiento mediante un modelo y objetivos biopsicosociales compartidos. Como la prescripción de un antidepresivo, el tratamiento cognitivo conductual por parte de los psicólogos es fundamental para una evolución satisfactoria en estos pacientes.
Para finalizar, ¿cuáles son los principales avances que se han producido en el tratamiento del dolor?
Como médicos, hemos creado conciencia de que el Tratamiento del Dolor debe ser multidisciplinario, interdisciplinario y multimodal. Sin olvidar que el familiar del paciente que lo padece tiene un papel importante. De aquí viene la necesidad en la formación de escuelas de pacientes y familiares y de las Asociaciones de Pacientes y familiares.
Asimismo, el paciente tiene la facilidad de comunicarse con su médico a través de la telemedicina, sin tener que movilizarse desde su casa. A lo que se añade la medicación moderna, como los parches de Capsaicina en el tratamiento del dolor neuropático.
La implementación del uso de inyecciones de células madres de la médula ósea, para el tratamiento del dolor crónico lumbar es también importante, así como la radioterapia como complemento del tratamiento y los bloqueos intervencionistas en aquellos pacientes con dolor oncológico y cervico-braquio-lumbalgias.
También hay tratamientos paliativos con la disminución en el uso de opioides y la implementación de nuevas consultas en la Sanidad Pública.
Por último, destacar la educación multidisciplinar continuada, mediante congresos nacionales e internacionales.
(Con información de noticiasensalud.com)