Descubren alumnas de Biología hongo microscópico

En un hecho histórico, las universitarias ganaron un certamen estudiantil por el hallazgo del hongo en el tracto digestivo de un rumiante

Aidé Rojas Medina y Sofía Amellali López Mendoza, alumnas de tercer semestre de la licenciatura de Biología en la Facultad de Ciencias (FC), realizaron el descubrimiento de un hongo microscópico en el tracto digestivo de un rumiante, hecho no registrado antes en México.

Alentadas por Julieta Álvarez Manjarréz y Sandra Castro Santuiste, profesoras titulares del curso Biología de Hongos, las jóvenes estudiantes planearon la metodología que empezó en el salón de clase.

 “Nos habían dicho que los microhongos representan un tema diverso y poco estudiado, debido a ciertas condiciones, como el lugar donde habitan y a que pocas veces se tienen las condiciones necesarias para investigarlos. Las maestras mencionaron que se conocía este microhongo, pero que no había mucha información en México; hablaban de la división llamada Phylum Neocallimastigomycota, que se desarrolla en el sistema digestivo de los rumiantes.”

Primer paso

El primer paso para conocerlo fue revisar la bibliografía y las ilustraciones a la mano. De ahí surgió la curiosidad en las alumnas y la pasión por conocer un microhongo in vivo, de verdad. Pronto supieron que éstos se desarrollan en el interior de los rumiantes (vacunos caprinos y ovinos, entre otros) y tomar la muestra fue toda una odisea.

“Por facilidad elegimos la vaca”, aceptaron las jóvenes. “Pedimos ayuda para tomar la muestra en su rumen. La primera dificultad fue esperar a que oscureciera para que la vaca empezara a rumiar, ya que tiene cuatro estómagos. En los primeros dos, el rumen y el retículo que están conectados, revuelven el alimento. Cada cierto tiempo, la vaca regurgita para masticar nuevamente y volverlo a pasar a estos dos estómagos. Esperamos a sacar el rumen y tomamos una muestra con ayuda del cuidador de las vacas”.

Es pertinente advertir que este hongo se desarrolla en ambientes anaerobios, de modo que cuando entra en contacto con el oxígeno se enquista por lo que es complicado su manejo o estudio.

“Frotamos con el portaobjetos y utilizamos alcohol polivinílico para que no entrara oxígeno y cambiaran las condiciones del hongo. Después los observamos al microscopio y fue como entrar a un mundo nuevo porque había un montón de cosas. Además, nunca habíamos observado la imagen del hongo en el microscopio.”

Otro interés de las estudiantes de Biología fue la presencia del hongo en el proceso de alimentación de los vacunos. Las vacas, en este caso, o los rumiantes, en general, explicaron Aidé y Sofía, “no cuentan con elementos suficientes para degradar bien la pastura que ingieren. Las plantas tienen una pared de celulosa, un compuesto que no puede ser degradado fácilmente; entonces, es cuando los hongos participan con un organelo, llamado celulosoma, con el que se degrada la pared de celulosa.

“Es decir, sin estos hongos, las vacas no pueden nutrirse de manera eficiente. A pesar de procesar los vegetales en sus estómagos, no conseguirán suficientes nutrientes si aquéllos no están presentes en su tracto digestivo”, informaron las futuras biólogas.

Aunque alumnas y maestras festejan el hallazgo, no pueden avanzar en la descripción de la especie. Según el equipo, no están seguras de que se trate de una previamente descrita y pudiera ser el primer reporte para México. “Todavía falta mucho por hacer para identificarlo, pero pertenece al Phylum Neocallimastigomycota”.

En suma, es un hongo que ha sido reportado en otros países. “La bibliografía del tema indica que los rúmenes portan este tipo de organismo, pero nunca se habían hallado ni visto en rumiantes de México”, comentaron.

El hallazgo de las micólogas en ciernes fue premiado en el Primer Coloquio Estudiantil de Biología de Hongos, en el que alumnos de la FC participaron con carteles, infografías, videos o audios relacionados con la biología de los hongos.

Finalmente, Aidé y Sofía señalaron que los hongos más estudiados son aquellos que tienen impacto médico en el ser humano; “las demás especies, quedan de lado. Los estudios se centran en los grandes que tienen menos dificultades para su análisis; les hacen fuchi a los chiquitos”, lamentaron.

(Con información de Gaceta UNAM)

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