Clembuterol, un peligro para personas con cardiopatías

El uso del clembuterol sigue siendo polémico en el país: está prohibido suministrarlo al ganado destinado al consumo humano, y como anabólico en la práctica del fisicoculturismo o para incrementar el rendimiento físico; pero es legal en el área médica.

Juan Manuel Díaz Álvarez, coordinador de la carrera de Química de Alimentos en la Facultad de Química, señaló que es una sustancia usada para aumentar la masa muscular en ganado bovino y porcino al retener agua; además, disminuye la acumulación de grasa en el cuerpo.

Puede transmitirse a las personas que coman carne contaminada y sólo se detecta al manifestarse ciertos síntomas: taquicardia y temblor de manos. En quienes tienen cardiopatías puede ser peligroso, incluso fatal, y su empleo prolongado modifica el volumen de masa muscular.

Esta molécula potencialmente anabólica –sin ser una hormona– ha recobrado notoriedad en los últimos años debido a su presencia en exámenes antidopaje practicados a deportistas mexicanos.

Usarlo como anabólico en la práctica de fisicoculturismo o para mejorar el rendimiento físico pone en riesgo la salud de los consumidores, pues el cuerpo no lo desecha en su totalidad y los residuos podrían afectar la glándula tiroides y ocasionar problemas metabólicos crónicos.

Esta molécula potencialmente anabólica ha recobrado notoriedad en los últimos años debido a su presencia en exámenes antidopaje practicados a deportistas mexicanos.

Broncodilatador

En lo que se refiere al área médica, al ser combinado con otras sustancias, como el ambroxol, se convierte en un tratamiento terapéutico efectivo para enfermedades respiratorias, como la bronquitis o el asma, por su efecto broncodilatador.

Pero más allá del control médico, las consecuencias y riesgos en el organismo siguen siendo los mismos: nerviosismo, temblores de los dedos, dolor de cabeza, mayor sudoración, insomnio, posibles espasmos musculares, aumento de la presión sanguínea y náuseas.

La sintomatología suele ocurrir al poco tiempo de consumir los alimentos contaminados, y desaparecen dos o seis días después.

Díaz Álvarez indicó que una de las mejores formas de detectarlo en los animales es analizar sus ojos, de los que es casi imposible que desaparezca; aun así, este proceso sigue siendo difícil y tardado, incluso en laboratorio.

En busca de su control

Dado sus efectos en el organismo humano y la sospecha de que la ingesta de carne contaminada sea mayor a lo estimado, el pasado mes de abril la Cámara de Diputados realizó modificaciones a la Ley Federal de Salud Animal, en la que se establecieron penas de cinco a ocho años de prisión y multas para quien suministre clembuterol, entre otros, al ganado destinado al consumo humano.

Además, las reformas a los artículos 172 a 174, al igual que la adición de dos nuevos (176 y 177) en dicho ordenamiento prevén sanciones para quienes introduzcan al país estas sustancias, las usen y comercialicen en productos y derivados de la carne.

Con ello, los legisladores esperan evitar problemas de salud entre la población mexicana, aunque para Juan Manuel Díaz es la sociedad quien debe contribuir a descartar su utilización.

“No podemos dejarle todo a las autoridades, aunque tengan la obligación de hacerlo. Debemos estar atentos, si se crea conciencia se logrará desarraigar su ingesta de manera más efectiva”, finalizó.

(Con información de Gaceta UNAM)

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