Cáncer no es sinónimo de muerte, si se detecta a tiempo
De acuerdo con el INEGI, los tumores malignos fueron la tercera causa de muerte en México en el 2024: hubo 47 mil 439 defunciones
Detectar de manera temprana un cáncer determina la esperanza de vida del paciente, que sus tratamientos sean menos agresivos, costosos y que su calidad de vida se vea menos comprometida, afirmó la investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO) de la UNAM, Sandra Lorena Romero Córdoba.
“Un diagnóstico temprano lo cambia todo y, por fortuna, actualmente la mayoría de los tumores malignos no son sinónimo de muerte”, aseguró la experta universitaria, con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, que se conmemora hoy 4 de febrero.
Añadió que personas a las que se detecta un tumor maligno en etapas I y II tienen una alta probabilidad de supervivencia de cinco años, mientras que a quienes se diagnostica en etapas avanzadas –en las que incluso ya hay metástasis a otros órganos–, se reduce las probabilidades de supervivencia libre o no de enfermedad en cinco años.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los tumores malignos fueron la tercera causa de muerte entre los mexicanos –hombres y mujeres– en el 2024, pues hubo 47 mil 439 defunciones. De ellas, 24 mil 896 corresponden a hombres y 22 mil 542 a mujeres, según las Estadísticas de Defunciones Registradas.
Dichos decesos representan un aumento del 4.5 % –dos mil 82 fallecimientos más– con respecto al 2023, cuando se reportaron 45 mil 357 decesos por estas enfermedades.
La integrante del Departamento de Medicina Genómica y Toxicología Ambiental del IIBO explicó que hay factores de riesgo para los diversos tumores. Por ejemplo, para el cáncer de pulmón son: fumar, la inhalación de humo de cigarro y leña, exposición a asbestos.
El cáncer de mama también es de los más comunes y se puede detectar si se realiza la autoexploración a partir de los 18 años; si desde los 25 se acude al médico a revisiones periódicas, a fin de que puedan hallar masas pequeñas en los senos. En tanto, las mujeres de 40 años en adelante deben realizarse anualmente una mastografía y su revisión ginecológica.
Para prevenir el cáncer de próstata se recomienda que, a partir de los 40, los hombres acudan con el urólogo para una exploración y se realicen la prueba de antígeno prostático, aunque esta última no es específica de cáncer.
“Muchas alteraciones pueden ser por hiperplasia –que la próstata crezca– y muchos cánceres no se detectan con esta prueba. Se necesita el tacto rectal hecho por el urólogo, de manera combinada con la prueba”, remarcó la doctora en Ciencias Biomédicas.
Otro cáncer frecuente es el colorrectal y para detectarlo deben hacerse pruebas en heces y colonoscopias, a fin de examinar el interior del colon y el recto. “Las guías clínicas indican que se deben hacer colonoscopias de cada cinco a 10 años y con mayor frecuencia en individuos de riesgo”, indicó la investigadora.
En el periodo 2025-2027, el Día Mundial contra el Cáncer tendrá como tema “Unidos por lo único”, que coloca a las personas en el centro de la atención y sus historias en el corazón de la conversación”.
Hacia una medicina de precisión
El cáncer es un conjunto de enfermedades complejas y hoy en día todavía se sigue encontrando subdivisiones de estas. Antes, los tumores se definían por el lugar anatómico en que se encontraban –pulmón, colon, mama–, pero gracias a los estudios moleculares y de patología, ahora se puede saber también qué características presentan cada uno de ellos, tener diagnósticos más finos y dar fármacos específicos, explicó Romero Córdoba.
Gracias a los avances de la medicina genómica actualmente no sólo es posible ver los tumores por medio de marcadores moleculares, como la expresión de proteínas o alteraciones puntuales en el ADN, sino también observar cada una de las seis mil 500 millones de letras del ADN, del genoma del tumor.
“La alteración somática ocurre en las instrucciones moleculares particulares del tumor y son distintas a las del resto de las células del paciente. Actualmente, es posible describirlas porque la lupa es mucho más fina y nos da más información que nos permite dar seguimiento, incluso en tiempo real como en los nuevos abordajes de biopsia líquida, a fin de ir hacia una medicina de precisión; que conozcamos cada vez más a los tumores y podamos tener más opciones de tratamiento”, agregó.
Los tumores, añadió la investigadora, no están compuestos por una sola población celular, sino por muchas y si se quita alguna, puede cambiar todo el panorama molecular del tumor. “A esto le llamamos clonas. Hay poblaciones de células que pueden ser tan relevantes que si las mato ya no regresa el tumor, pero habrá otras que –a lo mejor son minoritarias–, pero si no las ataco porque no hay terapia que las controle o debido a que la intervención terapéutica que se usó no las afecta pudiendo hacer que los tumores progresen, hagan metástasis y desafortunadamente, lleven a la muerte del paciente”.
La experta de la UNAM expuso que el tumor no sólo vive en el sitio en que se aloja, también viaja a través de nuestro cuerpo y manda señales. “Cada que muere una célula tumoral termina en la circulación, entonces podemos obtener información del tumor mediante fuentes, como los fluidos, en particular de la sangre. Esto nos acerca a una medicina de mayor precisión, porque ya no veo únicamente qué tuvo el paciente cuando llegó al diagnóstico, sino cómo está evolucionando el tumor o funcionando la terapia a lo largo del tiempo sin necesidad de hacer una biopsia invasiva directa al tumor”.
Con los fluidos se pueden hacer biopsias líquidas, agregó. En México se realizan en instituciones públicas, pero bajo protocolos clínicos controlados centrados en conocer cómo estos abordajes pueden servir para evaluar el funcionamiento de fármacos novedosos presentados por la industria farmacéutica. En instituciones privadas se efectúan estas biopsias de manera más rutinaria, pero cuestan entre 15 mil y hasta 90 mil pesos, y no siempre las cubren los seguros de gastos médicos.
Los pacientes con cáncer de pulmón y colorrectal son los que, prácticamente, tienen este tipo de abordajes, al menos los genómicos; y en menor medida los pacientes de cáncer de mama, ovarios, entre otros.
Prevención
La investigadora del IIBO remarcó que, los tumores malignos, como muchas otras enfermedades, pueden prevenirse teniendo un estilo de vida saludable: comer sanamente, hacer ejercicio, dormir ocho horas diarias, no tomar bebidas alcohólicas ni fumar y menos “vapear”.
“‘Vapear’ es lo peor. Estamos viendo cada vez más cánceres de cabeza y cuello, y su tratamiento es muy complicado, porque la gente incluso deja de comer y les tienen que poner una sonda porque ya no pueden deglutir, debido a que les dan radiación y queman parte del tejido de la boca”, aseguró la experta en cáncer y biología molecular.
Aseveró que invertir los ciclos de sueño –dormir de día y no de noche– aumenta los riesgos de cáncer, particularmente de mama, y hay diversos estudios realizados al respecto con enfermeras y azafatas.
Asimismo, consideró que estas acciones deben ser acompañadas de campañas institucionales que sensibilicen a la población sobre el grave problema de salud pública que enfrentamos con los tumores malignos y que, desafortunadamente, va al alza.
(Con información de Gaceta UNAM)