Alimentación y ejercicio, la mejor dupla para la salud

Hacer algo de ejercicio es mejor que nada, pero no es lo mismo soltar las piernas o hacer un par de flexiones a tener conciencia del entrenamiento como un todo, en el que es tan importante el esfuerzo como las fases previa y posterior al mismo.

Eso es clave para que una persona disfrute del mayor beneficio que le puede ofrecer una actividad física.

En este sentido da lo mismo si se trata de un trabajo de fuerza o uno de resistencia, la fórmula para que el ejercicio alcance su grado óptimo de eficacia es dedicarle tiempo al calentamiento previo, el entrenamiento en sí y después ser conscientes de la fase de recuperación.

Esta última cumple una función crucial ya que es la que permitirá mantener la regularidad necesaria al reducir los riesgos de lesiones y reponerse del desgaste que sufre el organismo frente al esfuerzo al que ha sido sometido.

«Si no recuperas, al día siguiente el cuerpo no te responderá cuando le exijas realizar un trabajo de fuerza o cardiovascular», dice Juan Francisco Marco, profesor del centro de ciencia deportiva, entrenamiento y fitness Alto Rendimiento, en España.

Líquidos y sólidos

Marco resaltó que «lo primero es volver a hidratar el organismo, sea con agua o con algún tipo de bebida isotónica que se puede hacer en casa para recuperar sales minerales y azúcares».

También es importante reponer las reservas de glucógenos, que son las que utiliza el cuerpo para activar los músculos y llevar a cabo la actividad que se está practicando.

«Lo recomendable es consumir carbohidratos de absorción lenta ya que lo que se busca es que el organismo los vaya asimilando poco a poco», agregó el experto en preparación física.

Entre los alimentos más favorables están los cereales, el arroz («un carbohidrato ideal ya que se absorbe muy lentamente»), las legumbres, el pan o la pasta.

Junto al carbohidrato hay que incorporar una dosis de proteína, que es vital en el crecimiento y reparación de los tejidos musculares que se desgastan, en especial durante los entrenamientos de fuerza.

«Ten en cuenta que en un ejercicio muscular intenso, sobre todo de pesas, se van eliminando las proteínas estructurales, que son los ladrillos que forman el músculo y es necesario recuperarlas nada más haber acabado el entrenamiento», explicó Marco.

«Aquí pueden entrar los huevos, lácteos o batidos, que pueden ser una muy buena opción, ya que el cuerpo lo que está absorbiendo es la proteína y no las grasas o los azúcares que portan los lácteos. Además hace que el músculo la absorba bien y rápido».

Vuelta a la calma

Dependiendo del tipo de ejercicio, si son pesas o de resistencia, se deberá dar prioridad a un tipo de alimento (carbohidratos para el trabajo cardiovascular y proteína para los de fuerza), pero ambos son necesarios luego de cualquier entrenamiento.

Otro aspecto es la vuelta a la calma del organismo, que consiste en hacer estiramientos en descargas que son a muy baja intensidad y en posiciones que sean lo más cómodas posibles.

«Esto ayuda a los músculos a relajarse, al sistema respiratorio a normalizarse, a bajar las pulsaciones y que vuelvan todas las funciones corporales a su normalidad», explicó el profesor de Alto Rendimiento.

«Se puede agregar un poco de ejercicio aeróbico muy suave, de unos cinco a diez minutos, porque eso nos ayuda a eliminar las sustancias tóxicas como puede haber como el exceso de ácido láctico que se ha acumulado y es como una forma de drenar la sangre».

Una vez recuperado el cuerpo, entonces se podrá volver a empezar.

(Con información de BBC)

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