Triplica EU su producción anual de armas de fuego
El país registra niveles sin precedente de muertes a balazos e incesantes incidentes de tiroteos masivos, incluso por odio racial
Nueva York, Estados Unidos. La producción anual de armas de fuego en Estados Unidos se ha casi triplicado en las últimas dos décadas, según un nuevo informe oficial de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés), todo mientras se registran niveles sin precedente de muertes por armas de fuego como incesantes incidentes de tiroteos masivos, muchos motivados por odio racial.
En un auge nutrido aún más con la intensificación del racismo violento y un clima de inseguridad durante los últimos años culminando con la presidencia de Donald Trump y sus aliados, la industria de armamento para civiles elevó su producción anual de 3 millones 854 mil 439 rifles, pistolas y escopetas, en 1996, a 11 millones 497 mil 441 en 2016 (en el último año que se cuenta con datos, a 7 millones 11 mil 945 en 2019).
El informe de la ATF documenta un giro en las preferencias de compra de armas; las pistolas semiautomáticas superaron en ventas a los rifles, algo que expertos señalan muestra que el motivo de tales compras ya no es principalmente deporte o la caza, sino la protección personal.
De esas armas fabricadas, se exportaron un total de 317 mil en 2019, después de que en 2018 se registró un pico de 554 mil 237, parte de un incremento en exportaciones que empezó a partir de 2005 (en 2004 se exportaron casi 140 mil). Desde 2000, las ventas al exterior se incrementaron 240 por ciento.
Y como aparentemente no se fabricaron suficientes armas de fuego dentro de Estados Unidos, las importaciones anuales llegaron a ser seis veces mayores en 2020, comparado con el total anual de 20 años antes –6 millones 831 mil 376 comparado con un millón 97 mil. Los países que más vendieron armas a Estados Unidos en 2020 incluyen en primer lugar Turquía, seguido por Austria y Brasil, en una lista de más de 31 países, de la cual forman parte China y Rusia (Argentina es el otro exportador a Estados Unidos en América). La mayoría de las importaciones son pistolas, seguidas por escopetas y rifles.
Mas allá de la producción legal de armas de fuego, la ATF informó que las fuerzas de seguridad pública del país habían confiscado 19 mil 344 armas de fuego hechas en casa sin registros ni manera de monitoreo en 2021. Esa cifra representa un incremento de 10 veces más desde 2016. (Para más detalles: https://www.atf.gov/firearms/docs/report/2021-firearms-commerce-report/download].
Esta información, que no incluye detalles sobre la venta de armas, se presenta sólo tres días después de que un joven de 18 años asesinó a 10 personas, la mayoría afroestadunidenses, en un supermercado en Buffalo, Nueva York, motivado por una teoría de conspiración racista promovida por derechistas como Donald Trump. Ese tiroteo masivo fue sólo uno de 203 que ya se han registrado este año, según el conteo del Gun Violence Archive.
Los Centros de Control de Enfermedades (CDC) reportaron la semana pasada que más de 45 mil estadunidenses murieron a causa de armas de fuego en 2020 (los datos más recientes), cifra sin precedente. Las armas de fuego ahora son la causa principal de muerte entre adolescentes y niños en el país.
Como se ha reportado, se calcula que hay 393 millones 300 mil millones armas en manos privadas en Estados Unidos, o 120.5 armas por cada 100 habitantes, según el Small Arms Survey.
Otras investigaciones están buscando determinar el uso de estos artefactos, sobre todo cómo algunas de estas armas legalmente producidas y vendidas son empleadas con fines criminales. El rifle estilo AR-15 empleado por el joven para cometer su crimen de odio en Buffalo fue adquirido legalmente.
De los fabricantes más grandes de armas de fuego para uso personal, Smith & Wesson y Sturm, Ruger & Company son los más grandes con aproximadamente 17 por ciento del mercado cada uno. Ambas empresas están entre las que enfrentan una demanda del gobierno de México por daños cometidos con sus productos al otro lado de la frontera.
“Los políticos que obstaculizan la reforma de (las leyes) sobre armas son directamente apoyados por la industria. Estas ganancias son las que los mantienen en sus puestos. Nuestras muertes y sufrimiento los mantiene en el poder. No podemos poner fin a la violencia de armas de fuego sin aplastar la corrupción política que la nutre”, comentó March for our Lives, el movimiento nacional de jóvenes fundado por estudiantes víctimas de violencia de armas, en respuesta al nuevo informe.
(Con información de La Jornada)