Peyote, de planta prohibida a especie protegida

Actualmente el peyote está protegido por Norma Oficial Mexicana desde el año 2010, luego de verificar un aumento importante en su consumo, de la mano del llamado turismo psicodélico, con el que se empezó a detonar una pequeña industria del narcotráfico que de manera ilegal envía la planta a destinos como Suecia, China e importantes lugares turísticos como Los Cabos y la Riviera Maya.

Ahora esta planta se encuentra protegida no sólo por la explotación irracional de la que es víctima sino también porque es una parte fundamental para los pueblos huichol (wixárika), coras y rarámuris (tarahumaras) que la utilizan con fines médicos y para mejorar su resistencia durante largas caminatas.

Tres maneras de consumo

“Lo consumen de tres maneras: con fines medicinales, en pequeñas cantidades para soportar largas jornadas caminando por la sierra, aliviar el cansancio y el hambre y la parte ritual y ceremonial, que es una de las más importantes”, explicó Uriel Nuño Gutiérrez, director de la División de Cultura de la Universidad de Guadalajara, en el estado de Jalisco, donde habita parte importante de la población huichol.

La leyenda de “El Venado Azul”

La mezcalina es la sustancia activa que produce un estado de psicodelia a partir de cual los indígenas logran tener una comunicación con sus ancestros y con sus dioses, a quienes les piden bienestar para sus pueblos.

La mezcalina puede llegar a ser más potente que el LSD, lo que la hace más “inspiradora”. También ayuda a activar la circulación y crea resistencia en el cuerpo, por ello lo consumen los indígenas que deben realizar grandes caminatas, como la que anualmente hacen a Wirikuta, el centro ceremonial donde se encuentran con el “Venado Azul”.

La leyenda del “Venado Azul” cuenta que cuando el mundo fue concebido en un mar llamado Tatéi Haramara (ahora San Blas, en Nayarit) nació un venado que siguió el Sol hacia el oriente, pero fue alcanzado por cinco cazadores huicholes quienes lo mataron con una flecha. Antes de morir logró llegar hasta Wirikuta, en el estado de San Luis Potosí. Su corazón y cada una de las pisadas que dejó en el camino se convirtieron en peyote.

Es por esto que los indígenas consumen la planta para encontrar al Venado Azul que les ayuda a purificarse.

Se encuentra en riesgo de extinción

Al ser un lugar exótico limitado a las visitas, de algunos “hippies” que buscaban la planta, pasó a ser una zona que recibe aproximadamente 20 mil visitantes al año, según datos de la oficina de Turismo local.

Con la llegada masiva de turistas ansiosos por conocer la experiencia psicodélica, aumento también la demanda por la planta.

“La gente piensa que solamente contiene mezcalina, pero contiene 55 sustancias psicoactivas. Esta planta contiene más de 100 alcaloides diferentes (como la mescalina) con el propósito disuasorio, para que los insectos no las ataquen”, afirma Claudia Luna Fuentes, directora de Divulgación Científica y Proyectos del Museo del Desierto (Mude), que recientemente montó una exposición sobre el cactus y todo el sentido místico que lo rodea.

Su posesión es ilegal en México

Sólo se permite a las etnias huichol, cora y tarahumara, quienes para su traslado necesitan comprobar por escrito que pertenecen a una de estas comunidades.

Narcomenudistas empezaron a falsificar permisos para trasladar peyote a destinos turísticos y para enviarla a Europa, Asia y Estados Unidos, donde también es usada en ritos étnicos.

En la región donde se encuentra la zona sagrada operan El Cártel del Golfo (CDG), Los Zetas, La Familia Michoacana y el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).

Hay quienes lo comercializan de manera ilegal, tampoco conocen el manejo que se le debe dar para evitar su depredación. Empezaron a arrancar la planta completa, desde la raíz, lo que impidió que cientos de ejemplares crecieran y tomando en cuenta que es una especie que tarda entre 15 y 16 años en madurar fue necesario declararla especie protegida.

“Es una planta que está en riesgo de desaparecer por el consumo descontrolado por parte de nosotros que no pertenecemos a estos grupos (las etnias); se hacen devastaciones y saqueos, además cuando las autoridades recuperan las plantas, las queman en lugar de reintroducirlas, lo manejan como droga”, señala Luna Fuentes.

(Con información de Regeneración)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Social Media Auto Publish Powered By : XYZScripts.com