El PIB per cápita de América Latina, mismo nivel de 1960
En esta crisis económica, todos los países se encontrarán con mayor pobreza, desigualdad, desempleo e informalidad por las medidas anticovid
El producto interno bruto (PIB) per cápita en América Latina está en los mismos niveles desde 1960. Saldo de seis décadas, el promedio de la riqueza por habitante en la región no se ha movido.
Actualmente, equivale a 20 por ciento del PIB estadunidense, documenta el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En el mismo tiempo en que la zona no ha logrado compensar el crecimiento de su población con el de su economía, en los países avanzados el PIB por habitante se incrementó en el mismo periodo.
De representar 58 por ciento del prevaleciente en Estados Unidos, ahora es equivalente a 79 por ciento, alza de 21 puntos.
El de las naciones emergentes de Asia pasó de 10 a 67 por ciento, también en comparación con el estadunidense. Mientras tanto, en África Subsahariana pasó de poco más de 10 por ciento a menos de cinco.
“Volver al crecimiento mediocre previo a la crisis del Covid-19 no es una respuesta satisfactoria para América Latina y el Caribe”, advirtió el organismo financiero.
Y dijo que las respuestas de política ante el nuevo coronavirus deben ser “de mayor calidad” que las implementadas durante la crisis financiera global de 2008-2009.
Ello, porque en esta ocasión todos los países se encontrarán con mayor pobreza, desigualdad, desempleo e informalidad.
Además, una fracción importante de sus compañías quebradas o al borde de la bancarrota, pérdidas de capital humano enormes, situaciones fiscales más difíciles que en cualquier momento en los últimos 20 años y sectores financieros debilitados.
Destacó que hace 10 años hubo ampliaciones de gasto público que no incidieron en “crecimiento inclusivo” y con orientación no a sectores pobres, lo cual llevó a altos niveles de deuda pública, sin resultados relevantes en crecimiento y equidad.
Por ello propuso que la pandemia sea atendida de manera inmediata, se limiten las pérdidas, se invierta en lucha contra el cambio climáticos y, en ese orden, los gobiernos “reasignen gastos que aportan poco al crecimiento y la equidad hacia rubros que tendrán mayor impacto en el crecimiento inclusivo y sostenible”.
Hay que invertir en infraestructura por su capacidad de brindar crecimiento a corto plazo, agregó.
El BID subrayó la necesidad de abrir los frentes a la iniciativa privada, porque la región “no podrá depender fuertemente de estímulos fiscales, como ha hecho en crisis anteriores –el poco espacio fiscal y acceso difícil a los mercados financieros lo harán difícil”.
Revertir incentivos fiscales que promueven desigualdad
Detalla que nuevas políticas públicas son urgentes para evitar la misma inercia en América Latina. Hay que hacer un cambio al régimen tributario, apunta, particularmente a las exenciones de impuesto al valor agregado y otras, pues el actual “es un escollo para el crecimiento inclusivo de la región”.
Una buena práctica, consideró, es el caso de México, dado que se cobran más impuestos fundamentalmente a las empresas a través de impuestos a los dividendos y la reducción de deducciones a la renta.
(Con información de La Jornada)