Dinero mata seguridad en sector inmobiliario de México
A raíz de los sismos de septiembre, en el país se reportan 150 mil viviendas dañadas y 52 mil 374 como pérdida total, cifra similar al número de las que fueron construidas nacionalmente en 2016. En este tema, tanto en Ciudad de México como en el resto del territorio se ha visto que avanza la lógica del mercado sobre la planeación y seguridad de los habitantes, resaltaron académicos de la UNAM.
Marco Tulio Mendoza, de la Facultad de Ingeniería, explicó que 70 por ciento del total de la construcción de casas corresponde a las de interés social y el restante a las de interés medio o residencial. El costo promedio respectivo es, por metro cuadrado, de tres mil 500 pesos, nueve mil 700 y 15 mil 700.
Se habla de apoyos de 120 mil pesos para los afectados; en viviendas de interés social, ese monto cubriría alrededor de 30 por ciento de una casa nueva. Además, señaló, continuará la auto construcción, que es más costosa y peligrosa que la formal. “Por metro cuadrado no es suficiente lo que se está aportando a las familias”.
Lo que se requiere, más que ofrecer una cantidad de dinero, es implementar programas de reconstrucción por parte de organismos oficiales. Y en el caso de la auto construcción, se sugiere la asesoría de un profesional, dijo en la conferencia La Vivienda en la Ciudad de México Después de los Sismos, organizada en el Instituto de Investigaciones Económicas.
Al respecto, Adolfo Sánchez Almanza, investigador de Económicas, afirmó que debe haber planeación en la construcción de las ciudades y dar seguridad a la población, a los padres de familia, transeúntes, o a quien renta un departamento.
“Un punto clave es que no conocemos los atlas de riesgos porque se utilizan en función de la especulación inmobiliaria; si alguien sabe que una franja es más riesgosa, el precio del suelo y la vivienda se cae. El papel del Estado debe ser superar esa lógica del mercado y hacer planeación en función de la seguridad ciudadana.”
Tras mencionar que se derrumbaron 38 edificios en Ciudad de México, sostuvo que hay que hablar de la reconstrucción de la nación con una lógica de ordenamiento territorial diferente, que plantee a la igualdad socioespacial como fundamental.
Recomposición
Abraham Granados Martínez, también de Investigaciones Económicas, expuso que el espacio urbano de CdMx es susceptible a sismos y su recuperación varía entre áreas y grupos de población. El desastre generado por el movimiento telúrico pudo potencializarse ante posibles anomalías en las construcciones, pero el patrón espacial del desastre indica una influencia del tipo de suelo. Por ello, se puede esperar una recomposición de las viviendas en la zona afectada y sus alrededores.
El riesgo es un tema de preocupación para los habitantes, por lo que se está dando un éxodo en el llamado corredor Roma-Condesa que, empero, no iguala al de hace 32 años.
Sergio Flores Peña, académico de la Facultad de Arquitectura, subrayó que los desastres son sociales. En general, hay una correlación entre pobreza y daños materiales, y respecto a las afectaciones causadas por los sismos del mes pasado hay dos mundos: uno en la capital del país y otro en el resto de las entidades.
Javier Delgado Campos, director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, aseveró que el temblor descubrió la insuficiencia de los mecanismos tradicionales para producir casas. Ese tema “no se puede atender sin considerar los trabajos de la gente, y para resolver la relación vivienda-empleo debe contarse con un sistema de transporte adecuado”.
(Con información de Gaceta UNAM)