Desigualdad, inevitable en un sistema económico de mercado: FMI
Washington. Reconoce el Fondo Monetario Internacional (FMI) que, en un sistema económico de mercado, la desigualdad es inevitable. Pero matiza que cuando ésta es excesiva puede erosionar la cohesión social, conducir a la polarización política y en última instancia, reducir el crecimiento económico.
En el informe semestral Monitor Fiscal, divulgado a 24 horas de que inicien las Reuniones del organismo y el Banco Mundial, destacan que, en las economías en desarrollo, la redistribución fiscal es muy limitada porque la tributación y el gasto son más bajos y menos progresivos y porque los impuestos indirectos regresivos son más comunes.
Luego esgrimen que la inversión en la educación y la salud puede contribuir a reducir la desigualdad del ingreso a mediano plazo, moderar la persistencia de la pobreza entre generaciones, realzar la movilidad social y en última instancia promover un crecimiento inclusivo sostenido.
Tras hacer una evaluación de la experiencia internacional sobre las tasas impositivas aplicadas al estrato más alto de la distribución del ingreso; la adopción de un régimen de ingreso básico universal; y la función del gasto público en el terreno de la educación y la salud, propone una transferencia idéntica a la totalidad de la población.
De acuerdo con la teoría de la tributación óptima, las tasas aplicadas a quienes ganan el máximo tendrían que ser significativamente más altas que las actuales, que han venido retrocediendo.
Para ellos, las economías avanzadas con niveles relativamente bajos de progresividad en términos del impuesto sobre la renta de las personas físicas tendrían un margen para subir las tasas impositivas marginales máximas sin trabar el crecimiento económico.
Renta de capital, es desigual
Dentro del reporte, dirigido por Vitor Gaspar, consejero fiscal del Fondo, encuentran que la renta de capital está distribuida con más desigualdad que la renta del ingreso.
Su proporción dentro del ingreso total ha aumentado en las últimas décadas y a menudo tributa a tasas más bajas y decrecientes que la renta del ingreso.
Aquí la propuesta del Fondo es tributarla debidamente para conservar la progresividad, desincentivando la reclasificación de la renta del trabajo como renta de capital y uniformando el tratamiento de los diferentes tipos de renta del capital.
Mayor crecimiento = menor desigualdad
Por ello, identifica la contribución que pueden hacer las políticas fiscales para lograr los objetivos redistributivos.
Entre sus hallazgos, destacan que existe una tensión sistemática entre mayor crecimiento y menor desigualdad.
Tras analizar las experiencias internacionales, esgrimen que, en las economías avanzadas, las transferencias y los impuestos directos reducen la desigualdad del ingreso aproximadamente un tercio en promedio. Y tres cuartas partes de esa reducción se logra a través de transferencias.
En las economías en desarrollo, la redistribución fiscal es mucho más limitada porque la tributación y el gasto son más bajos y menos progresivos.
(Con información de El Economista)