Buscan dar sostenibilidad a la península de Yucatán

El crecimiento de polos de desarrollo como Cancún y Playa del Carmen está asociado con la pérdida de ecosistema como manglares y selva

La Península de Yucatán es un importante reservorio de carbono azul, más de 60 por ciento se encuentra almacenado en sus manglares y mitiga el equivalente a las emisiones de dióxido de carbono generadas por más de 50 millones de personas.

Sin embargo, el crecimiento de polos de desarrollo como Cancún y Playa del Carmen está asociado con la pérdida de este ecosistema, así como al de siete mil hectáreas de selva, alertaron especialistas de la UNAM y otras instituciones de educación e investigación durante el foro virtual El Futuro de la Península de Yucatán, organizado por el Instituto de Ecología (IE) y la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) Unidad Mérida.

“Mucho de lo que pasa en ecosistemas como el de esa península tiene redes de interconexión muy complejas, construidas sobre largos periodos y circunstancias particulares que pueden ser más o menos fáciles de perturbar, pero muy complicadas de restablecer.

“En ese sentido, los cambios no necesariamente son reversibles y hay puntos críticos que una vez traspasados hacen un regreso casi imposible. Algunos son de no retorno y más nos vale saber dónde están para no pasarlos y esa es una idea esencial de la sustentabilidad”, dijo el coordinador de la Investigación Científica de esta casa de estudios, William Lee Alardín, durante el cierre del encuentro.

También destacó que el foro mostró la capacidad de los expertos para diagnosticar y ayudar a mitigar las dificultades, con propuestas basadas en la evidencia científica y el conocimiento, indispensables para el progreso.

Luisa Falcón, investigadora del IE, expuso que el objetivo fue analizar, de manera transdisciplinaria, los factores positivos y negativos para el desarrollo de la península.

Una conclusión a la que llegaron fue que la tasa de deforestación de selva y las prácticas agrícolas intensivas están relacionadas directamente con los problemas de calidad del agua de sistemas como la Laguna de Bacalar.

Consideraron esencial que grandes zonas de selva permanezcan sin efecto grave de la actividad humana, como la de Calakmul. “Su valor radica en que se conecta con reservas en Belice y Guatemala para conformar el área más importante de este tipo de selva en el mundo. Es el último relicto que queda”, subrayó Falcón.
El crecimiento de polos de desarrollo como Playa del Carmen se asocia con la pérdida de este ecosistema.
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Divididos en cinco mesas de trabajo, los expertos elaboraron diagnósticos de la situación de ecosistemas acuáticos y terrestres, agua superficial y subterránea, sociedad, cultura y economía, así como soluciones que aporta la ingeniería.

Además identificaron al cambio climático, contaminación de las fuentes de abastecimiento de agua potable, alteración de uso de suelo, crimen organizado, descomposición social de los grandes centros turísticos, migración e inseguridad como algunos de los factores que ponen en duda el modelo de desarrollo establecido en Cancún o Playa del Carmen.

Falcón apuntó que el encuentro reveló que la Península de Yucatán no es homogénea: hay biorregiones con funciones ecosistémicas primordiales que deben mantenerse.

Por ejemplo, los arrecifes del Caribe mexicano sostienen una economía de unos 9.5 billones de dólares al año; sin embargo, a partir de finales de la década de 1990 se registra la pérdida de cobertura coralina y aumento de macroalgas como producto del cambio climático global y la transformación de la costa debido a las acciones del hombre.

(Con información de Gaceta UNAM)

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