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La compañía de Elon Musk espera comenzar a trabajar con sujetos humanos en fecha tan cercana como el segundo trimestre de 2020
Neuralink, una compañía en la que el magnate Elon Musk ha invertido 100 MDD, detalló los pequeños pasos que, a grandes rasgos, ha dado hacia la meta de conectar el cerebro humano con una computadora.
Musk describió Neuralink como un robot “parecido a una máquina de coser” que puede implantar hilos ultrafinos profundamente en el cerebro, que ofician de la tan sorprendente conexión.
La compañía espera comenzar a trabajar con sujetos humanos tan pronto como el segundo trimestre del próximo año.
Asimismo, se afirma que el sistema finalmente será capaz de leer y escribir grandes cantidades de información. Pero como con muchas de las otras empresas de Musk, como naves espaciales o túneles futuristas, uno de los mayores desafíos puede ser que sus científicos coincidan con su gran visión y sobre todo, que consigan hacerla realidad.
Musk, el multimillonario director ejecutivo del fabricante de automóviles eléctricos Tesla, ha dicho que “quiere morir en Marte, no por impacto”, tiene la reputación de hacer cosas audaces, así como de hacer afirmaciones aún más audaces que hacen crecer la credulidad, o bien pensar que todas sus invenciones son de ciencia ficción.
Al igual que la inteligencia artificial, la idea de insertar un dispositivo en el cerebro que permita una comunicación rápida entre humanos y computadoras se convierte rápidamente en un gran desafío científico, que genera incredulidad a su paso.
En su novela de ciencia ficción “Neuromancer” de 1984, William Gibson propuso la idea de algo que llamó “microsoft”, un pequeño cartucho conectado directamente al cerebro a través de un zócalo para proporcionar a un usuario humano un conocimiento instantáneo, como un nuevo idioma, por ejemplo.
En una sesión informativa llevada a cabo días pasados, los ejecutivos de Neuralink reconocieron que tenían un “largo camino por recorrer” antes de que pudieran comenzar a ofrecer un servicio comercial. Pero estaban listos para discutir su trabajo públicamente.
“Queremos quitarnos esta carga de modo sigiloso para que podamos seguir construyendo y haciendo cosas como personas normales, como publicar artículos”, dijo Max Hodak, presidente de Neuralink y uno de los fundadores de la compañía.
Musk ha trabajado activamente para ayudar a resolver los desafíos de ingeniería a los que se enfrenta Neuralink, según Shivon Zilis, director de proyectos de la compañía. La misma ha recibido 158mdd en fondos y tiene 90 empleados.
Si bien las visiones más fantásticas para la puesta en marcha de una computadora cerebral pueden estar muy lejos, Musk puede haber encontrado un posible uso médico.
Hodak compartió el optimismo de Musk que la tecnología Neuralink podría algún día, relativamente pronto, ayudar a los humanos con una variedad de enfermedades, como ayudar a los amputados a recuperar la movilidad o ayudar a las personas a escuchar, hablar y ver.
La compañía dice que los cirujanos tendrían que perforar agujeros en el cráneo para implantar los hilos. Pero en el futuro, esperan usar un rayo láser para perforar el cráneo con una serie de pequeños agujeros.
“Uno de los grandes cuellos de botella es que un taladro mecánico acopla la vibración a través del cráneo, lo cual es desagradable, mientras que un taladro láser no se siente”, dijo Hodak.
Planean trabajar con neurocirujanos en la Universidad de Stanford y posiblemente otras instituciones para realizar experimentos tempranos. Jaimie Henderson, profesora de neurocirugía en Stanford y especialista en el tratamiento de la epilepsia y el uso de un tratamiento conocido como estimulación cerebral profunda, es asesora de Neuralink, según Hodak.
En una demostración en un laboratorio de investigación de Neuralink, la compañía mostró un sistema conectado a una información de lectura de ratas de laboratorio de 1,500 electrodos, 15 veces mejor que los sistemas actuales integrados en humanos. Eso es suficiente para la investigación científica o aplicaciones médicas.
Los científicos independientes advirtieron que los resultados de los animales de laboratorio podrían no traducirse en éxito humano y que se necesitarían pruebas en humanos para determinar la promesa de la tecnología.
Recientemente, los datos más avanzados para estudios en animales provienen de la compañía belga Imec y su tecnología Neuropixels, que cuenta con un dispositivo capaz de recopilar datos de miles de células cerebrales separadas a la vez.
Los hilos serían insertados en el cerebro por un sistema robótico que funciona de manera similar a una máquina de coser, en tanto una aguja asiría cada hilo por un pequeño bucle y luego sería insertada en el cerebro por el robot.
(Con información de Forbes México)