Se violan los derechos políticos en Chiapas
Tuxtla Gutiérrez. El desprestigio del gobierno de Manuel Velasco está generalizado. Tiene un funcionamiento autista, en el que bien a bien no se sabe que funcionario del gobierno es el peor, debido a que el gabinete está integrado por funcionarios ignorantes, mediocres, irresponsable y corruptos. Todos ellos comandados por un gobernador que nunca maduró, que se desentiende de sus responsabilidades y que considera que el gobernar la entidad es una actividad irrelevante.
La crisis que hay en este momento en Chiapas se debe fundamentalmente a la falta de oficio que hay en el palacio de gobierno. En el que se combina la indiferencia y la irresponsabilidad, con la corrupción y la impunidad, situación que ha ocasionado un gobierno sin rumbo y sin resultados, en el que la pérdida de legitimidad ha sido creciente y en donde el desempeño del gobernador ha sido evaluado con la calificación más baja de los gobernantes del país.
No obstante de los malos resultados de su gestión, el gobernador ha estado interviniendo en decisiones que tienen que ver con el proceso electoral. Al respecto, son muchas las irregularidades cometidas por Manuel Velasco en torno de las próximas elecciones que con su actuación descalifica de antemano los resultados de la jornada y coloca al gobernante como presunto delincuente electoral.
El último capricho del gobernante ha sido judicializar la política y ha emprendido la persecución policíaca de uno de los aspirantes del PRD a la gubernatura, no porque tenga intención de acabar con la corrupción, pues eso dejaría inhabilitada todas las cartas de su baraja, sino porque José Antonio Aguilar Bodegas se salió del guión del escrit, que Velasco Coello tiene decidido en el proceso.
Con esta persecución el gobernador está violando los derechos políticos de los chiapanecos, en virtud de que está estableciendo prohibiciones para que se elija libremente al gobernante; además está impidiendo la libre expresión de la voluntad de los electores y está cancelando las condiciones de igualdad en el que se tiene que desarrollar el proceso electoral. Ambas situaciones corresponden a violaciones a derechos humanos contempladas en la Convención Americana de los Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de la ONU, instrumentos internacionales del que México forma parte y por lo tanto el Estado Mexicano está obligado a cumplir, respetar y garantizar.
El comportamiento del gobernador ha sido la de un niño caprichoso, que nunca entendió que su irresponsabilidad podía traer consecuencias jurídicas, sobre todo porque el escenario en torno del candidato del PRI no le son favorables, pero también porque el incumplimiento sistemático de su palabra lo hace un personaje poco confiable, al que no se le puede creer, por sus notorias características propensas a la traición.
En ese sentido el problema mayor de Manuel Velasco, aparte de su malograda gestión en Chiapas, es la orfandad política que vive, pues ya no tiene los apoyos que le brindaban los exsecretarios de gobernación y de SEDESOL, Miguel Osorio y Luis Miranda respectivamente, lo que lo hace vulnerable, aún y cuando pretenda utilizar a la fiscalía para amedrentar y perseguir no solo a los aspirantes que se oponen a su designio sino a todos los que expresen su rechazo a las malas políticas de su gobierno.
(Con información de José Adriano Anaya, vía Diario Contra Poder en Chiapas)