¿Quién es el que manda en Chiapas?
El editorial escrito por José Adriano Anaya detalla cómo se han generado en Chiapas los actos de violencia que han socavado la precaria democracia al deponer por la fuerza e incluso el asesinato, a los ganadores en las urnas. Es pues el ejercicio ilegítimo de la fuerza por parte del Estado:
“Dentro de los acontecimientos más recientes, que muestran la manera como se fue construyendo el escenario de caos y violencia en gran parte del territorio están los conflictos poselectorales en los municipios indígenas de Oxchuc, Chanal y Chenalhó.
“Ése último produjo el secuestro del diputado presidente del Congreso, situación que obligó a la negociación-chantaje de la liberación del funcionario, a cambio de la renuncia de la presidente municipal, petición que fue concedida en una abierta violación a la legalidad y que permitió que el Síndico municipal, principal instigador del secuestro, fuera nombrado presidente municipal por el Congreso en una sesión que nunca se realizó.
“Dentro de este escenario se encuentra la marcha en el municipio de Palenque que terminó en vandalismo, con la presencia de grupos de encapuchados, que encabezaron el asalto a una tienda de autoservicio y cuyas imágenes fueron televisadas no sólo en el país sino que circularon por todo el mundo.
“El desalojo del bloqueo del kilómetro 46 de la autopista Tuxtla-San Cristóbal de Las Casas, en donde fueron utilizados grupos de indígenas supuestamente de San Juan Chamula, en la que aparece Narciso Lunes, el síndico municipal, que fuera asesinado al día siguiente de ese desalojo, en el bochornoso asesinato tumultuario del presidente municipal de San Juan Chamula, Domingo López González.
“Cada vez resulta más claro que los sucesos de San Juan Chamula fueron premeditados. En la asamblea aparecen personas encapuchadas con armas largas que llevaban la consigna de matar al presidente municipal. Lo que significa que fue un ajuste de cuentas.
“Todos estos sucesos aparecen tan bien organizados que resulta imposible creer que fueron producto de la casualidad y que las circunstancias los fueron alineando. Más bien, los resultados nos indican que todo fue orquestado bajo la omisión, y en algunos casos la complicidad, de funcionarios públicos, que nada hicieron para evitar toda esa serie de acontecimientos, que muestran una ausencia de gobierno.
“En Chiapas no se tiene nada claro sobre quién es el que manda realmente en el gobierno. Se sabe, a través de pruebas incontrovertibles, que el secretario de gobierno no tiene una influencia. Es más, en las negociaciones con el magisterio en la secretaría de gobernación en la Ciudad de México, él no participa y ni siquiera es tomado en cuenta.
“Pero también existe información, que fácilmente puede ser verificada, que varios días de la semana el gobernador del Estado no permanece en la entidad. Su ausencia es real como su lejanía de los problemas de Chiapas.
“De igual manera parece inobjetable que Juan Sabines y todos los sabinistas no sólo fueron exonerados de toda responsabilidad en el saqueo que sufrió Chiapas durante ese sexenio sino que varios de ellos han sido premiados en puestos importantes en este gobierno y algunos continúan enriqueciéndose con negocios protegidos desde el palacio de gobierno.
“En realidad el exgobernador de Chiapas nunca se alejó de la entidad. Sus operadores políticos continúan actuando con la misma impunidad como lo hicieron en esos seis años de gobierno y en donde se aprestan para tomar por asalto el gobierno de Chiapas nuevamente en el 2018”.