Saber o no saber… lo que queremos

Un texto sencillo para abrir los ojos o cerrarlos de una vez.

A menudo escucho cosas como “no sé nada de economía”, “no sé nada de política”, que es un poco como decir que uno no sabe lavarse los dientes o cocinar un huevo frito (bueno, aquí exagero un poco: cocinar un huevo frito no es tarea para inexpertos).

La política, la economía, están en todo y constituyen la base, la atmósfera y el fin último de cada día en esta sociedad que habitamos.

Es cierto que a lo mejor no tenemos los elementos técnicos para hablar de economía, de política, pero enfrentar los compromisos cotidianos basta para entender lo que hay que entender: nos siguen pegando abajo y por todos lados.

Pensaba esto, sin saber de economía, al conocer las medidas del nuevo Ministro de Hacienda de México, José Antonio Meade, quien presentó el paquete económico para 2017 en lo que llamó “un entorno adverso” y anunció un nuevo recorte en el gasto público.

Me pregunto –sin saber nada-, ¿quién o quiénes construyeron ese “entorno adverso”? ¿Recortar el gasto público, ¡otra vez!, no equivale a meternos la mano en los ya de por sí magros, casi vacíos, bolsillos?

¿Cuándo habrá un funcionario cuyas primeras medidas, cuyos “nuevos” anuncios, sean la construcción de hospitales, puentes, escuelas, la generación de empleo?

Es raro todo y a la vez muy simple. Debería en esta columna hablar de libros, porque de economía no sé. Pero, ¿quién podrá comprarse libros en este “entorno adverso”? ¿Cómo dedicar tiempo a la cultura, a las artes, a la lectura, en un contexto donde los precios de la canasta básica suben y suben sin parar?

¿Qué hemos hecho las personas que trabajamos a diario muchas horas, que asumimos nuestros compromisos, que tratamos de ser mejores en lo que hacemos y rogamos por no enfermarnos ni sentirnos mal, para generar este “entorno adverso”?

Acaso, ¿no hemos elegido a nuestros gobernantes para que sepan qué hacer en los entornos adversos y que arbitren los medios para que nuestra vida sea un poquito mejor cada día?

Cada medida, cada discurso, de los funcionarios es como el asesino que nos pone el cadáver en la puerta para que nosotros encontremos el culpable y, lo que es peor, paguemos el crimen aun cuando seamos inocentes.

Eso sí, ellos saben de economía y de política. Nosotros no.

(Escrito por Mónica Maristain y publicado por Sin Embargo)

 

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