Persiste riesgo de polución química en Texas

Aunque las inundaciones ya retrocedieron, el estado de Texas seguía el jueves enfrentando los efectos de la tormenta Harvey, luego de que se desatase un incendio en una planta química y un hospital debió evacuar sus pacientes por fallas en el suministro de agua.

Los 2.3 millones de habitantes de Houston, la cuarta ciudad más poblada de Estados Unidos, se mostraron aliviados cuando por fin el nivel de las aguas comenzó a bajar, casi una semana después de que Harvey impactara en la costa estadounidense del Golfo de México como huracán de categoría cuatro, dejando al menos 38 muertos y unas inundaciones históricas.

Pero en muchos otros lugares de este estado del sur estadounidense la situación continuaba siendo muy difícil, y autoridades y voluntarios seguían luchando para ayudar a las víctimas de este desastre, que dejó decenas de miles de millones de dólares en daños.

«Todavía hay personas con el agua por la cintura», sintetizó Tom Bosser, asesor de Seguridad Interna del presidente Donald Trump.

Bosser calculó en 100 mil el número de viviendas afectadas por Harvey, y dijo que la Casa Blanca pedirá fondos adicionales al Congreso.

El vicepresidente Mike Pence viajó a Texas para evaluar los destrozos y reunirse con las víctimas. «Vamos a quedarnos con ustedes hasta que Texas sea un lugar mejor y más grande que antes», les dijo a los residentes.

Trump, que visitó Texas el martes, volverá al estado el sábado, y podría aprovechar la ocasión para visitar Luisiana, también afectada por importantes inundaciones.

Dos explosiones

Mientras continuaban las labores de rescate, dos fuertes explosiones tuvieron lugar en una planta química inundada en Crosby, un pueblo de unas 3 mil personas a 40 km de Houston.

Las autoridades ordenaron la evacuación de las personas que vivieran a menos de tres kilómetros de las instalaciones de esta fábrica de peróxidos orgánicos usados en la elaboración de plásticos y productos farmacéuticos.

El propietario grupo francés Arkema ya había alertado del peligro por la presencia de materiales «altamente inflamables». Indicó que estos peróxidos podían causar irritación en los ojos, la piel o las vías respiratorias.

Richard Rennard, ejecutivo de esta compañía, informó sin embargo que ya las personas habían evacuado la zona de peligro y que nadie corría riesgo.

Explicó que un contenedor de peróxidos orgánicos no pudo ser refrigerado por la falta de electricidad que provocó la inundación, y por eso se desató el fuego. Advirtió que ocho contenedores más podían correr la misma suerte.

La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) descartó por el momento señales de toxicidad peligrosa en la humareda, si bien quince agentes policiales que habían acudido a combatir las llamas debieron ser hospitalizados por un corto periodo. Ya todos fueron dados de alta.

En un refugio en una iglesia, un residente de Crosby estaba preocupado por los animales que había dejado al evacuar su hogar. «Tuve que irme por culpa de la planta», dijo a la AFP Lane Averett, de 59 años. «Tengo un perro y tres gatos, y un ternero encerrados (y) no pueden recibir agua o comida, ni nada», explicó.

Al este del sitio de la explosión, las áreas rurales de Texas estaban anegadas, con las ciudades de Port Arthur y Beaumont especialmente golpeadas.

Beaumont estaba sin agua y las autoridades luchaban por reinstaurar el suministro. La falta de agua provocó la evacuación de 200 pacientes de un hospital de esa ciudad, algunos en helicópteros militares.

Daños por USD 75.000 millones

El vecino estado de Luisiana recibía el impacto de Harvey, evocando dolorosos recuerdos del huracán Katrina, que dejó 1 mil 800 muertos en 2005. Pero Nueva Orleans, la ciudad más afectada entonces, solo recibió lluvias mínimas.

Hasta ahora, partes de Texas han registrado más de 1 mil 270 mm de lluvia, mientras que en Luisiana iban 610 mm por los momentos.

«Muchas áreas realmente verán bajar las aguas» este jueves, dijo Jeff Linder, meteorólogo de la oficina de control de inundaciones del condado de Harris, que incluye a Houston.

Las autoridades esperan que la cifra de muertos aumente al retroceder las aguas, aunque estiman que muchas de las personas reportadas desaparecidas puede que simplemente no tengan acceso a un teléfono o a electricidad.

Más de 30 mil personas se refugiaron en alberques en todo Texas, según la Agencia Federal de Emergencias (FEMA).

En Houston, donde se emitió un toque de queda nocturno para ayudar en los esfuerzos de búsqueda y frenar potenciales saqueos, los dos aeropuertos principales operaban de manera limitada.

El Centro Nacional de Huracanes degradó a Harvey a depresión tropical el miércoles, pero advirtió que el peligro de inundaciones persiste en partes de Texas y Luisiana.

Mientras la tormenta desiste, se asoman los costos del daño, estimados entre 48 mil millones y 75 mil millones de dólares, según Enki Research.

(Con información de AFP)

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