Peña Nieto y su corrupción cultural

hm-sqrCuando el presidente Enrique Peña Nieto parafrasea la parábola de la esposa infiel debería aclarar si él se coloca en el lugar de la mujer, el mesías o la gente dispuesta a apedrearla.

Más allá de esto, es evidente que la corrupción está presente en la vida nacional, si no fuera así no sería uno de los grandes problemas del país. Es más, si extendemos su territorialidad la corrupción es un problema mundial.

Por otro lado, si extendemos el análisis en el tiempo, encontramos que este mal se halla presente desde antes de la llegada de los españoles. Y antes de eso en Europa, lo mismo que en Asia y África u Oceanía.

Alguien debería recordarle que los más grandes imperios, reinos, dictaduras, lo mismo chinos, que persas, griegos, que romanos, egipcios que judíos, hunos que anglosajones, germanos que franceses, aztecas que mayas o incas, fueron víctimas de la corrupción.

Y si nos vamos más atrás en el tiempo, y si le hacemos caso a la Biblia, en el paraíso también hubo corrupción. Todavía más atrás en el mismo cielo también hubo problemas con los ángeles.

Pero ese no es el punto señor ignorante. La cuestión son las consecuencias y las sanciones que han de aplicarse. El asunto es que la mayoría no es corrupta.

La democracia no es la excepción

La cuestión de fondo es que lo mismo emperadores que reyes, dictadores o demócratas terminan por ser sancionados, los más grandes imperios han caído y no es cosa tampoco de capitalismo o comunismo, cuando la corrupción predomina entre las clases altas termina por contagiar a toda la sociedad y culturas enteras han sucumbido.

Al igual que los ángeles fueron castigados, Adán, Eva y la serpiente, o Caín, o sucumbieron los imperios persa, egipcio, griego, chino, romano, azteca, inca, español, francés, alemán, inglés, etcétera, hay un peligro real para México.

Ya sabemos, pues que usted es corrupto, que su partido lo es, que muchos de sus colaboradores lo son, que muchos mexicanos prefieren amoldarse a ese sistema, pero la gran mayoría señor Peña Nieto no lo somos y por si no se ha dado cuenta (aunque ciertamente ya lo debe saber) usted ya ha sido lapidado, lo es diariamente en las redes sociales, en cada uno de los centros de trabajo en las casas de las familias que no forman parte del 1 por ciento privilegiado.

Con menos del 25 por ciento de aprobación, ya debería de haber notado que el 75 por ciento de los mexicanos rechazamos la corrupción que usted representa.

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