Huyen 82 mil californianos de los tornados de fuego

Exhaustos bomberos combaten el abrasador incendio en el este de Los Ángeles que producía tornados de fuego (‘firenadoes’), obligando a evacuar a más de 82 mil personas y a declarar el estado de emergencia.

Casi 1 mil 600 bomberos se enfrentaban a las llamas, habiendo contenido solamente un 4% del gigantesco incendio, según un portavoz del servicio.

Dramáticas imágenes de cadenas locales tomadas cerca de la localidad de Phelan mostraban llamas en forma de tornado, conocidas como ‘firenadoes’, subiendo en el aire y devorando todo lo que encontraban a su paso.

Las condiciones climáticas no ayudan: las autoridades prevén para las próximas horas que sigan las altas temperaturas, los terrenos continúen áridos y sople una brisa caliente.

«Hay una maleza muy, muy seca, que es muy combustible», dijo la portavoz del cuerpo de bomberos de California (Cal Fire), Lynne Tolmachoff.

«Es muy peligroso para la gente y también para los bomberos», advirtió.

El Servicio Forestal estadounidense (USFS, en inglés) señaló de su parte que «el incendio sigue extendiéndose y el viento se está haciendo fuerte».

Dos bomberos resultaron heridos mientras trabajaban en las labores de extinción, pero pudieron volver a primer línea tras ser atendidos en un hospital local.

El gobernador de California, Jerry Brown, declaró el estado de emergencia en el condado de San Bernardino, situado a unos 100 kilómetros al este de Los Ángeles, donde el incendio bautizado como BlueCut ganaba terreno rápidamente.

Esa medida permite movilizar a todas las agencias gubernamentales californianas para luchar contra los incendios.

El fuego había consumido más de 12 mil hectáreas, según el sitio oficial Inciweb, que indicó que unas 34 mil 500 viviendas están amenazadas, por lo que 82 mil 640 personas fueron evacuadas.

– «Se mueve muy deprisa» –

«Hemos evacuado a toda la comunidad», dijo a AFP Mike Anderson, un bombero venido de Redding, una de las tantas poblaciones cercanas que han enviado efectivos para apoyar las tareas de extinción.

«Se mueve muy deprisa a lo largo de la autopista 138», agregó.

Las autoridades lamentan sin embargo que muchos vecinos se han negado a dejar sus casas (en California no se puede forzar a una persona a dejar su domicilio).

«Intentamos decirle a la gente que no hay nada que tenga tanto valor en sus casas como sus vidas», insiste la portavoz de USFS, Chon Bribiescas.

En una gasolinera situada en Pinon Hills, a unos 15 kilómetros al noroeste del incendio, Jeannine Yglesia se compra un helado acompañada de su hijo.

«Tengo acogidas 17 o 18 personas en mi casa, son amigos y sus familias que han tenido que dejar sus viviendas», explica.

«No pueden regresar y no saben nada de su casa», cuenta, antes de responder al teléfono.

«¡Me tengo que ir! Mi hija me acaba de decir que también nos evacuan», dice con prisas. (información de AFP)

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