Crean medicamentos más eficaces pero más costosos

Las nuevas terapias contra la hepatitis C han cambiado la vida a millones de pacientes en todo el mundo, ofreciendo una cura que hasta ahora no existía y por primera vez encabezaron la clasificación de los fármacos que más ingresos reportan a los laboratorios a nivel mundial.

Y también han tenido una enorme relevancia empresarial. Harvoni, el más reciente medicamento de Gilead contra esta patología, encabezó por primera vez la clasificación de los fármacos que más ingresos reportan a los laboratorios en el mundo.

Concretamente, tras su aparición en 2014, incrementó sus ventas un 1,159% para aportar 16,210 millones de euros en 2015 a la empresa estadounidense, según recoge la consultora especializada IMS Health.

Parte de este crecimiento se da a costa de Sovaldi, la anterior terapia de Gilead contra la hepatitis C, que reduce sus ventas un 28% y se queda en 5,877 millones, aunque se mantiene en el top 10 de los medicamentos con más facturación. Este mercado se expresa a precio de ventas de laboratorio, por lo que no coincide exactamente con la facturación real (no incluye descuentos comerciales, por ejemplo).

Estos fármacos contra la hepatitis, además de beneficiar a millones de pacientes que esperaban un tratamiento, cuentan con un elevado coste para los sistemas sanitarios, lo que provoca ingentes cantidades de dinero para la compañía.

Gilead es un joven laboratorio biofarmacéutico nacido en 1987 y ubicado en California, que adquirió estas terapias para desarrollarlas. El pasado año, a nivel mundial facturó 29,118 millones, frente a los 22,204 millones del año anterior.

Harvoni arrebata el primer puesto de ventas al antitumoral Humira, de Abbvie, a pesar de crecer un 27.7%, ya que ingresó 13,357 millones. El podio de los fármacos más vendidos se cierra con la insulina Lantus, en tercera posición, que otorga 10,237 millones a la compañía francesa Sanofi.

Pfizer coloca a Enbrel, un antitumoral, en la cuarta posición, por el que ingresó 8,462 millones (9.2% más). Le sigue Crestor, estatina contra el colesterol de AstraZeneca, que le aportó 7,691 millones en facturación (5.8%).

A continuación aparece el antitumoral Remicade, con ingresos por 7,322 millones para Janssen (la filial farmacéutica del gigante del consumo Johnson & Johnson).

El único fármaco entre los diez primeros que reduce ventas –junto a Sovaldi– es Seretide, un broncodilatador de GSK que facturó 7,144 millones (un 2.6% menos).

El mercado en todo el mundo de fármacos con prescripción médica creció el pasado año un 9.5%, según IMS Health, lo que supuso 852,437 millones. Áreas terapéuticas como el cáncer, diabetes, enfermedades autoinmunes o hepatitis están provocando que el mercado siga creciendo, en parte por la aparición de los nuevos fármacos biológicos, más eficaces pero más costosos.

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